La inmensa mayoría de nosotros nos sentimos conmovidos por aquello que nos parece hermoso, especialmente en la naturaleza. Pongamos un ejemplo de vivencia mística que refiere Dostoyevski en su novela “Los hermanos Karamazov”, cuando el protagonista llega a experimentar una suerte de inesperada bendición.
Observaba Aliosha«la bóveda del cielo, engarzada de estrellas delicadas y brillantes, que se extendía inmensa e insondable sobre él... Permaneció de pie, contemplando; y, de repente, se arrojó a la tierra. No sabía por qué la abrazaba. No hubiera podido explicar por qué ansiaba tan irresistiblemente besarla, besarlo todo, pero la besó llorando, sollozando y regándola con sus lágrimas, y juró apasionadamente amarla, y amarla para siempre. "Riega la tierra con las lágrimas de tu alegría, y ama esas lágrimas", se repetía en su alma como un eco».
Se alegra Dios de nuestro asombro, de nuestro estremecimiento agradecido. Nos invita Ildefonso–Manuel Gila disfrutar la belleza que Dios creó un día y sostiene hoy en su existencia: “Abre los ojos y sueña / que es verdad tanta hermosura / diariamente en la tierra”. Hermosura de lo inmensamente grande. Belleza de lo menudo... Al mostrarme su magnífica colección de minerales, pregunté a mi amigo Luis qué guardaba en un saco de arpillera: “Son pedruscos que no caben en la vitrina”. Un día fotografié en primerísimos planos cada uno de aquellos minerales de deshecho. Podéis observar el resultado, con técnica de PPS, pulsando aquí.
MORTAL BELLEZA ETERNIDAD RECLAMA
“Todas las expresiones de verdadera belleza pueden ser reconocidas como un sendero que ayuda a encontrarse con el Señor Jesús” (Evangelii Gaudium, 167).
Si los animales, vegetales, rocas..., elementos todos de la naturaleza, nos parecen tan perfectos, ¿qué decir de un cuerpo humano en movimiento, de un rostro enamorado, nosotros que, a fin de cuentas, hemos sido modelados, en lo más alto de la creación, a imagen y semejanza de Dios-Belleza? En su poema Oración por la belleza de una muchacha, describe con embeleso Dámaso Alonso la perfecta armonía de un cuerpo de mujer, y eleva desenfadadas plegarias al Dios del Amor, la Verdad y la Hermosura...
ORACIÓN POR LA BELLEZA DE UNA MUCHACHA
Tú le diste esa ardiente simetría
de los labios, con brasa de tu hondura,
y en dos enormes cauces de negrura,
simas de infinitud, luz de tu día;
esos bultos de nieve, que bullía
al soliviar del lino la tersura,
y, prodigios de exacta arquitectura,
dos columnas que cantan tu armonía.
Ay, tú, Señor, le diste esa ladera
que en un álabe dulce se derrama,
miel secreta en el humo entredorado.
¿A qué tu poderosa mano espera?
Mortal belleza eternidad reclama.
¡Dale la eternidad que le has negado!
¿Y QUÉ RAMA DE LA SABIDURÍA CULTIVAS?
“Lo que logran expresar en lo que pintan, esculpen o crean es sólo un tenue reflejo del esplendor que durante unos instantes ha brillado ante los ojos de su espíritu" (Juan Pablo II a los artistas).
En la aventura de la creación, los artistas suelen sufrir casi siempre cierta decepción final por la modesta producción pública de su valioso laboratorio interior: ¡era tan bello lo que encendieron por el corazón, descubrieron por su misterioso paisaje, movilizaron por su ensueño...! Lo más maravilloso del ser humano es su santuario personal, todo un mundo, todo un universo que, a través de los versos de El astrónomo nos describe Kahlil Gibran con asombrosa lucidez:
EL ASTRÓNOMO
A la sombra del templo
mi amigo y yo
vimos a un ciego, sentado aparte.
Y mi amigo dijo:
“Mira al hombre más sabio del mundo”.
Me acerqué al ciego,
lo saludé.
Y empezamos a hablar.
Un poco después dije:
“Perdona una pregunta:
¿desde cuándo estás ciego?”
“Desde que nací”, contestó.
Dije yo: “¿Y qué rama de la sabiduría
cultivas?”.
Dijo: “Soy astrónomo”.
Y apoyando la mano sobre el pecho
dijo: “Escudriño estos soles,
y lunas,
y estrellas”.
HICISTE LA BELLEZA...
Verdad, Bondad y Belleza, tres cualidades que, juntas, a pesar de la humildad del testigo que las vive, son faro que alumbra caminos, machete que abre sendas... Me refiero a Casaldáligay los seis expresivos versos de “Hiciste la belleza”, donde agradece al Padre el arco iris de la belleza en lo alto de nuestras vidas. Y canta, sobre todo, la plenitud del Gozo en la Fiesta final del Encuentro, rebosantes los ojos de Alegría, el corazón de Amor y de Ternura...
"Gozaremos, entonces, de una visión, hermanos, nunca contemplada por los ojos, ni oída por los oídos, nunca imaginada por la fantasía: una visión que supera todas las bellezas terrenas, la del oro, la de la plata, la de los bosques y de los campos, la del mar y del cielo, la del sol y la luna, la de las estrellas y los ángeles; la razón es ésta: es la fuente de cualquier otra belleza" (San Agustin).
Una sugerencia: elaboré, en homenaje al Obispo de Sao Felix do Araguaia, varias páginas en las que, ilustrados con música e imagen, se presentan, bajo el titulo “El otro Casaldáliga”, siete poemas de amor y reverencia hacia la belleza de la garza blanca, el pez pacú, los canarinhos, el colibrí, la tortuga, el papagayo... Conviene disfrutar las láminas a Pantalla Completa (o punteando F11). Para verlo ya, pulsar aquí.
HICISTE LA BELLEZA
Hiciste la belleza
porque sabías que mis ojos
exultarían viéndola.
Me esperas en la muerte,
porque sabes
que necesito verTe!
TEXTOS DE FRANCISCO Y POEMAS
Se hermana la palabra del Pontífice con poemas e imágenes