Argentino de padres italianos y jesuita. Otra vez la sorpresa ha sido protagonista en la sucesión de la Sede de San Pedro. Jorge Mario Bergoglio, cardenal de Buenos Aires ha sido el elegido para traer nuevos y buenos aires a la Iglesia Católica.

El Papa Francisco ya ha dado sus primeras pautas que por personalísimas seguro, marcarán sin duda su pontificado. El Papa Francisco ha empezado su camino orando e invitando a orar a todos: desde el agradecimiento a su antecesor, desde la humildad pidiendo oraciones para él y desde la universalidad con su primera encomienda: “Recemos siempre los unos por los otros. Por todo el mundo. Porque sea una gran hermandad”.


Non solum sed etiam


Si ya de por sí la espiritualidad ignaciana estaba ganando enteros últimamente, el impulso del Camino de San Ignacio hasta Manresa como ruta de peregrinaje y las últimas renovaciones y proyectos de la familia jesuita son prueba de ello, ahora la elección de uno de sus filas para ser sucesor de San Pedro, Vicario de Cristo en la Tierra, es un espaldarazo que la Compañía de Jesús sabrá aprovechar sin duda.


Si bien para los italianos el nombre de Francisco tendrá sus referencias al poverello de Asis, en otras latitudes del Orbe ese Francisco se entenderá vinculado al navarro del Castillo de Javier, compañero de Ignacio de Loyola, testigo de Jesucristo hasta el Oriente.

Es por ello que no resulte improbable que el recién elegido hoy Papa repita la visita que su antecesor, el beato Juan Pablo II realizara en su primer viaje a España en 1982, y recale en Loyola y Javier , dos lugares que quizá ya conozca personalmente pero que hoy tendrán un nuevo sentido para él.

Y, o poco conozco a la gente de mi tierra o tiempo al tiempo, quien entró el lunes en la Sixtina siendo el cardenal Bergoglio aterrizará quizá un día en Loyola como Aita Santua Patxi. Sea como sea lo del nombre es anecdótico, lo importante es que la barca de Pedro tiene ya un nuevo timonel. ¡Ánimo Santidad!¡Aupa Aita Santua Patxi!