"Ha funcionado la tesis del cortijo. Y ha resultado nefasta" El Cabildo firma el certificado de defunción de Cajasur

(Jesús Bastante).- Con nocturnidad, pero sin alevosía. El Banco de España lo había avisado, y el Cabildo puso la puntilla. A última hora de la noche, los canónigos de Cajasur votaron a favor de la intervención del Banco de España sobre la entidad cordobesa, que se produjo de inmediato. Miguel Ángel Fernández Ordóñez cesó a toda la cúpula -con Santiago Gómez a la cabeza- y nombró tres interventores estatales, paralizando el proceso de fusión e inyectando una fuerte suma de dinero para garantizar la viabilidad de la Caja. La Iglesia cordobesa pierde su caja, y buena parte de su prestigio con esta operación.

Se podían haber encontrado muchas otras soluciones, incluso teniendo en cuenta que la sangría laboral podía quedar aparcada. El futuro de la Fundación -que iba a quedar en manos de la Iglesia, y que ahora quién sabe si desaparecerá- y las cuotas de poder han dado al traste con una operación que, aun siendo mala, suponía la supervivencia de un modelo de Caja que, a lo largo de 150 años, ha ayudado a construir Andalucía y sufragado proyectos sociales, educativos y solidarios.

Este modelo ha muerto, gracias en buena medida al Cabildo, que ha seguido hasta el final la táctica de amagar sin dar y, al final, la consabida "Si no es mía, que no sea de nadie". Para la historia quedarán las actuaciones de Santiago Gómez, Javier Martínez, Juan José Asenjo y Demetrio Fernández, que se quitó de enmedio desde el principio, y que sólo ayer, tímidamente, apuntó la posibilidad que hoy se ha definido. De nada sirvieron los intentos -incluso en Roma- del cardenal Amigo. Ha funcionado la tesis del cortijo. Y ha resultado nefasta.

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