"Padre y hermano de todos, el papa que hoy despedimos nos dejó 'mucha tela para cortar'" A Francisco parece que no se le escapó nada…

"La muerte del Papa Francisco el pasado lunes 21 de abril nos deja, además de una fuerte conmoción, un vacío profundo en el corazón de la Iglesia y del mundo"
"Hoy resuenan en mí tantas de sus frases… sus lúcidas picardías argentinas, pero principalmente el profundo sentir de su legado pastoral"
"El Papa que hoy despedimos nos dejó 'mucha tela para cortar', mucho para seguir reflexionando. La visión de una Iglesia sin fronteras, que acoge y abraza a todos, es un desafío que debemos asumir"
"Venido del fin del mundo, fue un testimonio de amor incondicional y compromiso con la humanidad. Sigamos trabajando en su legado, promoviendo la fraternidad, el diálogo y la justicia, para construir un mundo mejor"
"El Papa que hoy despedimos nos dejó 'mucha tela para cortar', mucho para seguir reflexionando. La visión de una Iglesia sin fronteras, que acoge y abraza a todos, es un desafío que debemos asumir"
"Venido del fin del mundo, fue un testimonio de amor incondicional y compromiso con la humanidad. Sigamos trabajando en su legado, promoviendo la fraternidad, el diálogo y la justicia, para construir un mundo mejor"
| Cristian Reineri Sacerdote en la patagonia
La muerte del Papa Francisco el pasado lunes 21 de abril nos deja, además de una fuerte conmoción, un vacío profundo en el corazón de la Iglesia y del mundo. Su vida es un testimonio de su valiosa humanidad, su visión pastoral y espiritual, que continuará resonando a lo largo del tiempo como esas obras maestras de la música clásica, pero de las que están cargadas de disonancias armónicas y jugadas. A través de sus palabras, Francisco nos dejó un legado de amor, unidad y fraternidad que trasciende fronteras y divisiones.
Morirse el primer día de la octava de Pascua… todo un signo en este año de la esperanza. Hoy despedimos a aquel que nos enseñó que en la Iglesia nadie puede quedar afuera, si ella realmente es imagen de Dios misericordioso, un hospital de campaña. Hoy resuenan en mí tantas de sus frases… sus lúcidas picardías argentinas, pero principalmente el profundo sentir de su legado pastoral. Su fuerte insistencia a reconocer la dignidad intrínseca de cada ser humano. Francisco nos invita a vernos como hermanos y hermanas, sin importar nuestras diferencias culturales, religiosas o sociales. Esta invitación a la fraternidad es esencial en un mundo marcado por el individualismo y la polarización.

Este hombre de Dios promovió incansablemente la "cultura del encuentro", llamándonos a dialogar y a construir puentes en esta Gran Comunidad en la que vivimos. En un tiempo donde los conflictos y las divisiones parecen prevalecer, su legado nos recuerda que el verdadero progreso se logra a través de la comprensión y la colaboración.
Francisco enfatizó a lo largo de toda su vida la necesidad de poner en el centro de nuestras preocupaciones a los más pobres y marginados, recordándonos con fuertes exhortaciones que ahí vive Cristo. Desde siempre este fue su baluarte. Su llamado a la solidaridad y a la justicia social es un recordatorio de que la verdadera fe se manifiesta en acciones concretas, no solo palabras que se lleva el viento, sino que buscan el bienestar de todos, especialmente de aquellos que sufren.
La visión de una "Iglesia en salida" que Francisco promovió nos insta a no permanecer encerrados en nuestras comunidades, sino a salir al encuentro de los demás, llevando el mensaje del Evangelio a todos los rincones del mundo. Este enfoque misionero es vital para la renovación de la Iglesia.
Su compromiso con el ecumenismo y el diálogo interreligioso es otra de las grandes líneas pastorales que debemos continuar. Francisco nos mostró que la paz y la unidad son posibles cuando nos acercamos a otros con respeto y apertura.
"El Papa que hoy despedimos nos dejó 'mucha tela para cortar', mucho para seguir reflexionando"

A Francisco parece que no se le escapó nada… incluso su preocupación por la naturaleza, por el cuidado del planeta, siempre pensando en el bien de los más pobres que son los que sufren las consecuencias de lleno. En su Encíclica Laudato Si, nos exhorta a la urgencia de cuidar nuestro planeta. Esta enseñanza sigue siendo crucial en el contexto de la crisis ambiental que enfrentamos. La defensa de la creación es un acto de amor hacia nuestros hermanos y hacia las generaciones futuras.
El Papa que hoy despedimos nos dejó “mucha tela para cortar”, mucho para seguir reflexionando. La visión de una Iglesia sin fronteras, que acoge y abraza a todos, es un desafío que debemos asumir. En un mundo dividido, la Iglesia está llamada a ser un signo de esperanza y unidad. El trabajo por la justicia social y la lucha contra la pobreza son imperativos que deben guiar nuestras acciones. La Iglesia debe ser un agente de cambio, defendiendo los derechos de los oprimidos y promoviendo un modelo de desarrollo más equitativo.
Toda su vida fue un testimonio del amor y la misericordia del Resucitado. El legado de Francisco nos anima a vivir como auténticos testigos del amor y la misericordia de Dios. Este llamado a ser una comunidad que se preocupa por los demás es fundamental para la misión de la Iglesia en el mundo contemporáneo.
Finalmente, la vida de este hombre de Dios, venido del fin del mundo, fue un testimonio de amor incondicional y compromiso con la humanidad. Sigamos trabajando en su legado, promoviendo la fraternidad, el diálogo y la justicia, para construir un mundo mejor, donde todos podamos vivir como verdaderos hermanos y hermanas.

Etiquetas