Escandalosa pertenencia al sistema que nos está destrozando El nuevo Papa: ¿dónde está el problema?

(José María Castillo).- El problema de la Iglesia no está en los conflictos de la Curia, sino en la integración y consiguiente pertenencia de la institución eclesiástica al sistema económico que nos ha arruinado y nos está destrozando.

Me explico. En estos días, vísperas del próximo Cónclave que elegirá al sucesor de Benedicto XVI, se habla sin pelos en la lengua de los graves problemas que han motivado lo que está pasando en el Vaticano. Se cuentan historias y hechos truculentos. Y se afirma que los cardenales tienen que elegir a un hombre que ponga orden en la Curia, corte por lo sano con los escándalos morales que allí se cuecen o se permiten y, sobre todo, no tienen más salida honrada que, tal como está la Iglesia, la solución es elegir a un papa que lleve o permita una orientación nueva en la institución eclesiástica. Una orientación exigente con la honestidad, la transparencia y la ejemplaridad de la Curia, el clero y los teólogos en el fiel cumplimiento de sus deberes, para ir así promoviendo una renovación del pueblo cristiano, de la fe y de la práctica religiosa en sus diversas y apremiantes exigencias.

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