Tras Torre Pacheco, la apuesta xenófoba de VOX se extiende a Jumilla ¡A por ellos! La reconquista de la derecha. Una identidad exclusiva y excluyente

¡A por ellos!: la reconquista de la derecha. Una identidad exclusiva y excluyente
¡A por ellos!: la reconquista de la derecha. Una identidad exclusiva y excluyente

Según Vox, la medida sirve para defender «nuestras tradiciones» de lo que se considera una ofensiva cultural de la izquierda. Sin embargo, detrás de la retórica de la defensa de la identidad nacional se esconde un claro intento de marginación al prohibir por completo las celebraciones islámicas en Jumilla

El caso de las celebraciones islámicas en Jumilla representa el primer ejemplo concreto en España de una acción institucional contra las celebraciones públicas del Islam. Aunque se disfraza con tecnicismos burocráticos y referencias culturales vagas, el alcance político de la norma es claro: redefinir la identidad pública de la ciudad sobre bases exclusivamente cristianas, ignorando la pluralidad religiosa de la población

En un pequeño municipio del sureste de España, Jumilla, ha estallado una polémica nacional que dejará huella en el debate político y cultural del país. La mayoría de derecha que dirige el Ayuntamiento ha aprobado una modificación del reglamento sobre el uso de los espacios públicos, prohibiendo su uso para actividades religiosas no promovidas directamente por la Administración.

La norma, formalmente neutra, tiene sin embargo un objetivo muy concreto: las celebraciones islámicas en Jumilla. Así lo ha defendido el propio partido Vox, promotor de la moción original, que se ha regocijado afirmando que a partir de ahora «ya no se celebrará el fin del Ramadán ni la oración del Cordero» en los lugares públicos.

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Según Vox, la medida sirve para defender «nuestras tradiciones» de lo que se considera una ofensiva cultural de la izquierda. Sin embargo, detrás de la retórica de la defensa de la identidad nacional se esconde un claro intento de marginación al prohibir por completo las celebraciones islámicas en Jumilla.

Varios hombres de origen marroquí en el barrio de Nuestra Señora de Fátima de Jumilla
Varios hombres de origen marroquí en el barrio de Nuestra Señora de Fátima de Jumilla EFE

Paulino Ros, periodista experto en temas religiosos y autor del blog Islam en Murcia, ha recordado que las dos fiestas islámicas afectadas por la medida, el Aid el-Fitr y el Aid el-Adha, son momentos de encuentro colectivo, pacíficos y bien organizados. «La gente reza junta desde las siete hasta las nueve de la mañana, y luego regresa a sus casas para continuar las celebraciones en familia», ha explicado. En años anteriores, las instalaciones deportivas municipales se cedían para acoger las celebraciones islámicas en Jumilla, sin que al parecer se produjeran tensiones ni incidentes.

El Partido Popular, aunque se distanció formalmente de la radicalidad de Vox, apoyó la enmienda contra las celebraciones islámicas en Jumilla, que fue aprobada con el voto decisivo del Alcalde. La portavoz del PP local, Mari Carmen Cruz, ha tratado de apaciguar las polémicas, afirmando que «es falso que se prohíba celebrar las fiestas islámicas», ya que una medida de este tipo sería contraria a la ley. Sin embargo, la modificación normativa impide el uso de las instalaciones deportivas para cualquier actividad no organizada directamente por el Ayuntamiento, excluyendo de hecho eventos como las celebraciones religiosas musulmanas.

El texto de la enmienda aprobada habla de «actividades culturales que defiendan nuestra identidad y los valores religiosos tradicionales», conceptos vagos que dan pie a interpretaciones excluyentes. La norma establece que los espacios deportivos se utilicen únicamente para eventos promovidos por el Ayuntamiento, excluyendo todas las iniciativas sociales, culturales o religiosas procedentes de la ciudadanía. Para Mounir Benjelloun Andalounssi Azhari, presidente de la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas, se trata de una medida «abiertamente islamófoba», que solo afecta a los musulmanes y socava el derecho constitucional a la libertad de culto.

La decisión llega en un clima ya cargado de tensiones. En la cercana Torre Pacheco, también en la región de Murcia, apenas un mes antes se habían producido episodios de violencia racista contra la comunidad magrebí. Durante cinco días, grupos ultras, impulsados por discursos extremistas, desataron agresiones y protestas xenófobas. En este escenario, la medida de Jumilla parece inscribirse en una estrategia política más amplia, que busca consensos agitando miedos y divisiones.

El caso de las celebraciones islámicas en Jumilla representa el primer ejemplo concreto en España de una acción institucional contra las celebraciones públicas del Islam. Aunque se disfraza con tecnicismos burocráticos y referencias culturales vagas, el alcance político de la norma es claro: redefinir la identidad pública de la ciudad sobre bases exclusivamente cristianas, ignorando la pluralidad religiosa de la población.

Mientras crece el peso político de la extrema derecha, las instituciones locales se convierten en escenario de enfrentamientos ideológicos que afectan directamente a la cohesión social y al respeto de los derechos fundamentales

En Jumilla viven unos 1.500 residentes musulmanes, de una población total de poco más de 27.000 habitantes. Durante años han rezado en los campos deportivos municipales con total tranquilidad. Ahora, una normativa los excluye. El caso de Jumilla sienta un peligroso precedente en España, al poner en tela de juicio el derecho a la libertad religiosa en nombre de la defensa de una identidad exclusiva y excluyente.

Mientras crece el peso político de la extrema derecha, las instituciones locales se convierten en escenario de enfrentamientos ideológicos que afectan directamente a la cohesión social y al respeto de los derechos fundamentales.

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