"Nicea sigue siendo un símbolo de la concordia y de la unidad apostólica que hoy estamos llamados a renovar" Bartolomé: "Alzamos la voz junto al Papa León para pedir un alto el fuego inmediato y el fin de la guerra en Gaza"

El patriarca Bartolomé
El patriarca Bartolomé

"Deploramos este terrible acto contra la iglesia de la Sagrada Familia, que ocupaba un lugar muy especial en el corazón del difunto papa Francisco, quien, incluso durante su hospitalización, no dejó de llamar diariamente al sacerdote de esa comunidad desde el estallido de la guerra"

"Eesperamos con ansias nuestro encuentro con el papa León durante la fiesta de San Andrés, patrón de la Iglesia de Constantinopla, y seguimos implorando al Espíritu Santo que nos guíe hacia el día en que podamos reunirnos de nuevo alrededor del mismo altar, compartiendo el único Cuerpo y cáliz de nuestro Señor, único Jefe de Su Iglesia, por la que se sacrificó"

"La unidad de los cristianos se basa en el bautismo común. No es uniformidad y se nutre de la única verdad que debemos compartir: la del Evangelio". Con estas palabras, el Patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, ha recibido este domingo 20 de julio, en la iglesia de San Jorge al Fanar -sede del Patriarcado ecuménico- a un grupo de peregrinos católicos y ortodoxos en camino hacia Nicea (hoy Iznik), acompañados por el arzobispo ortodoxo de América, Elpidophoros, y el cardenal Joseph Tobin, arzobispo de Newark.

En su mensaje a los participantes de esta peregrinación ecuménica, el «Primus inter pares» entre los Primados de las Iglesias ortodoxas ha dedicado unas palabras conmovedoras al reciente ataque del ejército israelí contra la parroquia católica de la Sagrada Familia en Gaza.

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La peregrinación ha contado también con una etapa en Roma y Castel Gandolfo, donde el grupo ha sido recibido en audiencia por el papa León XIV el pasado 17 de julio. En esta ocasión, el Papa ha dirigido a los peregrinos un emotivo discurso sobre el seguimiento amoroso de Cristo como única fuente de unidad para la Iglesia

«Es muy significativo», ha dicho el Patriarca Bartolomé, «que recorráis este camino en la misma tierra donde los obispos de la Iglesia primitiva se reunían para contemplar el Misterio de Cristo y custodiar la comunión entre las Iglesias. Nicea sigue siendo un símbolo de la concordia y de la unidad apostólica que hoy estamos llamados a renovar».

Del concilio de Nicea
Del concilio de Nicea



«De la Antigua Roma a la Nueva Roma –ha proseguido Bartolomé I- os acogemos con alegría en esta santa y histórica ciudad de Constantinopla, la Nueva Roma, mientras continuáis vuestra bendita peregrinación. Este viaje os ha llevado desde las tumbas de los apóstoles Pedro y Pablo en Roma hasta la sede del apóstol Andrés en Constantinopla, y pronto os conducirá a la antigua Nicea. Es un testimonio visible y relevante del Espíritu que obra entre nosotros, guiándonos por la senda de la reconciliación, la comprensión y la unidad».

El "santo anhelo de la unidad"

Aludiendo a las palabras del papa León XIV, Bartolomé I ha expresado que comparte plenamente con el obispo de Roma «este santo anhelo de unidad: una unidad basada no en la uniformidad, sino en la verdad común del Evangelio, en el amor mutuo y en nuestro bautismo común en la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo».

La peregrinación del grupo procedente de Estados Unidos coincide con el 1700 aniversario del Primer Concilio Ecuménico de Nicea, que proclamó la divinidad de Cristo, estableció el Credo Niceno y afirmó la unidad de la Iglesia en torno a la confesión de la verdadera fe.

«Nos alegramos especialmente – ha añadido el Patriarca- por la celebración común de la Pascua de este año entre Oriente y Occidente. Esta proclamación compartida de la Resurrección nos permite dar testimonio, con una sola voz, de la esperanza redentora que vence al pecado, a la muerte y a la división. Es un anticipo de lo que significará nuestra plena comunión, no solo para nuestras Iglesias, sino para el mundo entero, que tiene hambre de paz, justicia y renovación espiritual».

El cardenal Grech con el patriarca de Constantinopla, Bartolomé I
El cardenal Grech con el patriarca de Constantinopla, Bartolomé I



El Patriarca ecuménico ha subrayado que esta peregrinación recuerda «que el camino ecuménico no es solo un compromiso teológico, sino una llamada espiritual. Debemos volver a Jerusalén, a aquella sala superior donde descendió el Espíritu Santo y donde el miedo se transformó en valor para anunciar la Buena Nueva. En esta peregrinación de esperanza, que cada uno de vosotros sea fortalecido por el fuego de Pentecostés, llevando a Cristo a un mundo herido por la guerra, la injusticia y la desesperación».

Refiriéndose a los conflictos que ensangrientan tantas regiones, Bartolomé I se ha detenido especialmente en el ataque del ejército israelí a la iglesia de la Sagrada Familia, en Gaza. «Deploramos este terrible acto contra la iglesia de la Sagrada Familia, que ocupaba un lugar muy especial en el corazón del difunto papa Francisco, quien, incluso durante su hospitalización, no dejó de llamar diariamente al sacerdote de esa comunidad desde el estallido de la guerra. Esto –ha continuado- ha sido un ataque no solo contra un lugar de culto, sino contra un santuario donde cientos de personas, independientemente de su religión, habían encontrado un hogar y refugio durante este tiempo de tribulación».

Por este motivo – ha señalad0 el Patriarca ecuménico- «he pedido al cardenal Tobin que transmita nuestro más sentido pésame a nuestro hermano, el papa León. Eminencia, le rogamos que asegure a Su Santidad que alzamos nuestra voz junto a él para pedir un alto el fuego inmediato y el fin de esta guerra, y que juntos rezamos al Señor de la Paz por el descanso de las almas de las víctimas inocentes, por la pronta recuperación de los heridos y por el consuelo de sus familias».

Al concluir su discurso, Bartolomé I ha deseado a los miembros del grupo «que su peregrinación aquí, a la Reina de las Ciudades, fortalezca su fe, renueve su esperanza y estimule su amor por la Iglesia y por los demás. Les aseguramos nuestras oraciones, nuestras bendiciones y nuestro firme compromiso de caminar juntos, ortodoxos y católicos, como discípulos del Señor resucitado».

Con este espíritu –ha añadido el Patriarca ecuménico de Constantinopla- «esperamos con ansias nuestro encuentro con el papa León durante la fiesta de San Andrés, patrón de la Iglesia de Constantinopla, y seguimos implorando al Espíritu Santo que nos guíe hacia el día en que podamos reunirnos de nuevo alrededor del mismo altar, compartiendo el único Cuerpo y cáliz de nuestro Señor, único Jefe de Su Iglesia, por la que se sacrificó».

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