Padres de las niñas amenazaron de muerte al religioso El imán de El Algar huyó para no morir
La confesión de una niña de 10 años a su madre, hace un par de semanas, sirvió para descubrir lo que estaba pasando en la mezquita de la calle Real de El Algar, en el barrio de La Loma. Según la menor, el maestro subía a las alumnas a la primera planta del centro religioso -el bajo es exclusivo para hombres- y a la vez que les enseñaba el Corán y la lengua árabe les realizaba tocamientos, según cuentan A. López y L. Guardiola en La Verdad.
La mujer se lo comentó a su marido, y éste a su vez a otros padres del colectivo musulmán del pueblo, quienes al saber de sus propias hijas lo sucedido pidieron responsabilidades a la junta directiva de la mezquita. En un primer momento el imán lo negó todo, pero los padres, disconformes con la respuesta, pidieron un nuevo interrogatorio.
Fue entonces cuando el religioso no soportó la presión de sus superiores de comunidad y reconoció que se había «sobrepasado» con algunas chicas.
Varios miembros de la junta directiva de la mezquita, relataron estos hechos a 'La Verdad'; dada la gravedad de los acontecimientos, ellos mismos aconsejaron al imán que «abandonara sus responsabilidades como religioso de inmediato». Porque varios padres fueron a por él; querían matarlo. Llegaron tarde, el viernes ya había huido.
Indignación y repulsa vecinal
La noticia de los presuntos abusos sólo trascendió entre un reducido grupo de musulmanes durante la última semana, pero ayer ya fue lo más comentado entre los vecinos de El Algar, al saber de los hechos a través de los medios de comunicación.
«Todas las tardes acudían a la mezquita unos treinta niños musulmanes. Entre ellos también había algún español. Antes de que los padres denunciaran los abusos sexuales, los chicos ya lo comentaban entre ellos».
Elisa Rizaldos, vecina de El Algar, hacía indignada este comentario a varios residentes de la zona con los que coincidió en la panadería que hay frente al pequeño templo musulmán.
En un ambiente de repulsa y enfado, la denuncia de presuntos abusos sexuales a cinco menores cayó como un jarro de agua fría en este tranquilo pueblo cercano al Mar Menor.
«Creemos que podría ser culpable. Vivía encima de la mezquita y desde hace unos días ya no está y, además, fueron los propios fieles los que aconsejaron a este hombre que huyera por posibles represalias de los familiares de las niñas», aseguró Juan Francisco Martínez, que también vive a dos pasos de la mezquita.
El imán denunciado había llegado al pueblo en septiembre por un periodo provisional de un mes, para apoyar durante el Ramadán al titular de esa mezquita, a quién terminó sustituyendo. Daba clases de religión y Corán a unos treinta niños de entre ocho y diez años de El Algar y otros pueblos de los alrededores. Lo hacía a diario, entre las seis de la tarde y las nueve de la noche.
En busca y captura
Las especulaciones entre los vecinos por saber quién es ese hombre misterioso, al que muy pocos habían tratado, son comidilla ahora en bares y tiendas del pueblo.
A.B., de 47 años, ni siquiera era muy conocido entre los muchos magrebies que viven desde hace años en El Algar. En un locutorio dos de ellos aseguraban no conocer al imán que ahora busca la Guardia Civil. Pero ambos pidieron que se respete la presunción de inocencia del guía religioso y haya protección para los niños. «Primero hay que saber las dos versiones y después juzgar», decía uno de ellos en un pobre castellano, poniendo en tela de juicio algunas versiones.
La presidenta de la Asociación de Vecinos de El Algar, Pilar Sánchez, se sorprendió mucho al conocer la noticia. «No sabía nada, me lo han comentado en el trabajo. Este hombre no era muy conocido entre los españoles. Se dejaba poco ver por el pueblo. Por eso la noticia ha sido toda una sorpresa entre los algareños».
La Guardia Civil busca al imán por toda España para completar su investigación. Ahora que todo ha trascendido, es posible que se entregue a los cuerpos de seguridad para ponerse a salvo de posibles represalias. Siempre y cuando no haya vuelto a Marruecos.