Recrear una nueva espiritualidad

- Todos/as nosotros/as nos consideramos unos permanentes aprendices en este tema de la espiritualidad, pero intuimos y vamos descubriendo, poco a poco, que es una fuerza interior, un sentimiento, un rasgo inherente a todos los seres humanos, que palpita en nuestro hondón personal y nos invita a vivir en plenitud, con otros valores, otro aliento vital, con verdadero sentido.
- Cuando dejamos que la espiritualidad nos guíe, cambiamos, latimos y sentimos con los demás, con sus alegrías y sus sufrimientos, con la belleza y la crueldad de la Naturaleza y del Universo.
- Aunque la espiritualidad está presente y se manifiesta en las distintas religiones del mundo, no pertenece a ninguna en concreto. Al perder fuerza de atracción las distintas religiones, y dejando atrás las viejas ideas que tenemos aún dentro de nosotros/as sobre las mismas, tenemos la obligación de recrear una nueva espiritualidad, para poder afrontar la vida con pasión y compasión.
- La espiritualidad nos provoca a mantener una renovada actitud ante la vida y nos ayuda a contemplar las cosas con paz, a superar los malos momentos y a gozar de los buenos, encontrando la trascendencia en cada experiencia cotidiana e impulsándonos a ser mejores personas.
- La espiritualidad nos ayuda a encontrar el Misterio último e íntimo, a Dios, al Amor, cada día; nos hace sentirnos amados, necesarios y nos impulsa a dar lo mejor de nosotros/as mismos/as, para ser felices y llevar felicidad a quienes nos rodean.
- La espiritualidad nos ayuda a plantearnos otra forma la vida, en todas sus facetas, en lo que pensamos y sentimos y cómo lo llevamos a la existencia concreta. Para que fructifique es imprescindible vivirla junto a otros/as, en comunidad, porque si no, se iría empobreciendo y marchitando. Esta experiencia es imposible vivirla solo dentro de uno mismo, invita a compartirla en el entorno vital en que nos movemos, para dar solución a los problemas que hay en nuestro mundo.
- La espiritualidad es el arte de vivir en paz y armonía con nosotros mismos y con todo lo que nos rodea. Es la capacidad de descubrirte a ti mismo y saber que no estás solo, que formas parte de algo mayor, inabarcable, inalcanzable e incomprensible, pero que da un sentido concreto a tu existencia. Esta sensación de pertenencia universal, debe llevarnos a trabajar para construir otro mundo mejor, más fraterno y justo.
- La espiritualidad nos lleva a plantearnos una existencia más allá de lo que podemos percibir a través de los sentidos, pero que se expresa en función de diferentes circunstancias personales y vivencias, sean estas religiosas o no.
- La espiritualidad adquiere distintos aspectos, según la cultura y la religión que se profese. En nuestro caso, nos mueve a vivir enraizados en el espíritu de Jesús, a quien intentamos seguir desde sus mismos sentimientos, encarnados en el hoy de nuestra historia, nuestra sociedad y nuestro mundo, intentando vivir las bienaventuranzas como un proyecto de vida plena y feliz para nosotros, para toda la humanidad y nuestra Madre Tierra.

Comunidad Cristiana de Base de Canillejas (Madrid)
Mayo de 2015
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