ANTONIO CRUZ
La Biblia se refiere en numerosas ocasiones a la preeminencia del hombre sobre el resto de la creación. El salmista, por ejemplo, recuerda que a pesar de la pequeñez e insignificancia humana en el universo, Dios ha querido hacer al hombre poco menor que los ángeles y ha colocado el resto de los seres vivos debajo de sus pies (Sal. 8:4ñ8). La cuestión es determinar si esta concepción bíblica del ser humano como imagen de Dios da pie o legitima la situación de explotación irracional del mundo natural. ¿Ampara la Biblia el saqueo abusivo del planeta? ¿Qué había en la mente y en el corazón del autor del Génesis cuando escribió: Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó?
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