Etica y sociedad plural

JUAN SIMARRO

Muchas veces podemos notar en el debate sociopolítico y religioso cierto malestar por el hecho de que vivimos en el ámbito de una cultura pública que es plural. El malestar viene cuando hay un sector, sea político o religioso, que quiere imponer su visión de la ética, su concepto de la moral a todo el conjunto de la sociedad plural.


El problema es que la sociedad plural, en general y los cristianos de forma específica, tienen dificultades para aceptar legislación alguna que intente imponer una moral específica, para reconocer algún tipo de documento público ético que se pueda imponer desde la escuela o desde el Estado, aunque en el mundo se hable de la necesidad de una Ética Universal o de mínimos, pero tampoco la sociedad acepta que la iglesia, sea la católica o cualquiera otra, ejerza ningún tipo de magisterio ético que se pueda aplicar a toda la sociedad en su conjunto.

De ahí todas las polémicas entre la/s iglesia/s y los gobiernos laicos en temas morales, sean de moral sexual, en temas de familia -como en el caso del matrimonio gay- o en otros temas de la Asignatura Educación para la Ciudadanía. El mal o el problema puede estar en que estamos mirando desde una óptica que no tiene en cuenta el hecho de la sociedad plural, la sociedad moralmente diversa. A la/s iglesia/s le/s gustaría que se legislara desde sus postulados religiosos y que el único parlamento ético fuera el del magisterio eclesiástico.

Puede leer aquí el artículo completo de este filósofo y escritor de fuerte compromiso social y fe evangélica, con el título de Etica y sociedad plural
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