Fe y partidos políticos

JUAN SIMARRO

En muchos ámbitos del cristianismo se evita la búsqueda de interrelaciones entre el cristianismo y la política, menos aún se hablaría del proyecto político de Jesús. Es porque la palabra política está cargada de connotaciones negativas como, si en torno a este concepto, giraran ámbitos de corrupción y defensas de intereses particulares ilícitos. Como si no pudiera existir ni la ética política ni la búsqueda del bien común desde los ámbitos en los que se desenvuelve la práctica de la política. Muchos sólo ven hoy en la política una ciencia independiente y autónoma de la moral o de los valores del cristianismo. Para muchos, no existe la posibilidad de un proyecto político cristiano. Piensan que la política, al igual que el poder, corrompe.

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