LUIS MARIÁN
Con la consulta del horóscopo ocurre como con el seguimiento de muchos programas televisivos de dudosa calidad educativa: pocos reconocen que los ven, pero lo que revelan los índices de audiencia es otra cosa. “Curiosidad”, “por si acaso”, “por firme convicción”… son algunas de las motivaciones que llevan a hojear los supuestos pronósticos futuriles. Aunque muchos cristianos se han rasgado las vestiduras ante esta actitud pagana, lo cierto es que los cientos de miles de personas que a diario se acercan al horóscopo tienen puntos en común con los cristianos que otros no tienen.
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