ANTONIO CRUZ
A pesar de las evidentes diferencias que existen entre los planteamientos éticos seculares y aquellos que se hacen desde un punto de vista teológico o moral, lo cierto es que la bioética en líneas generales aspira a ser una verdadera ciencia. Una ciencia humana, eso si, y como tal sujeta a todas las limitaciones propias de las ciencias hechas por los hombres.
Es verdad que el estudio interdisciplinario de los problemas Éticos que se generan hoy entre la biología y la medicina, así como de sus posibles soluciones, no puede aspirar a tener el grado de precisión científica de las ciencias exactas, de la física o de las matemáticas. Sin embargo, esto no debe llevar a creer que la bioética no sea una verdadera ciencia. En efecto, lo es en el mismo grado que puedan serlo la sociología o la misma economía.
Admitido que la bioética es una ciencia, queda por determinar cuáles son los principios básicos sobre los que se fundamenta. En el presente artículo se van a considerar solamente cuatro: el principio de autonomía, el de beneficencia, el de no maleficencia y el de justicia.
Puede leer aquí el artículo completo de este biólogo, profesor y pastor protestante, titulado Principios de la bioética