Los cuatro años que duró el régimen de los jemeres rojos (1975-1979) en Camboya, el dictador Pol Pot acabó con la vida de casi dos millones de personas –más de un cuarto de la población del país–. En un sistema paranoico que veía enemigos en todas partes, cualquier indicio de disidencia bastaba para ser encarcelado en la Prisión de Seguridad S-21, un antiguo instituto convertido en campo de exterminio. Sobre él habla una película, publicada ahora en DVD, cuyos protagonistas son los auténticos carceleros y supervivientes del S-21, que hablan abiertamente de sus experiencias en aquel infierno.
Un escalofriante y necesario testimonio de la capacidad de mal que hay en el hombre, que ha recibido el Premio al Mejor Documental de Cine Europeo.
Antes de la guerra Camboya era un país independiente y neutral, con una población de 7,7 millones de habitantes. En 1970 hubo un golpe de estado contra el príncipe Sihanouk. A causa de la guerra del Vietnam, llegan los bombardeos norteamericanos y se produce una guerra civil, muriendo seiscientas mil personas. Al vencer los jemeres rojos en 1975, se desplaza la población, siendo muchos ciudadanos expulsados. Se cierran las escuelas se abole la moneda y se prohíben las religiones. Llegan los campos de trabajo, la vigilancia, el hambre, el terror y las ejecuciones.