La bandera de Israel se hace inconfundible gracias a su estrella formada por dos triángulos equiláteros superpuestos de forma enfrentada. El que apunta hacia el suelo bien podría representar al mismo Dios en una actitud de acercamiento al ser humano. El otro triángulo, el que mira hacia el cielo, somos cada uno de nosotros escudriñando el firmamento cual enamorado de verano en busca de su estrella fugaz. El entrelazado símbolo de la nación israelita, la estrella de David, es un abrazo cósmico en el que Dios se acerca al hombre al mismo tiempo que a cada uno de nosotros se nos permite cobijarnos en los brazos de la divinidad.