Así, Señor, por el dolor tallado,
tundido por la vida y por la muerte,
hoy me subo al Calvario para verte,
y aprender a quedar crucificado.
¿Dónde cortaste el lirio que ha velado
el Belén de le nieve? ¿Sostenerte
en la llama de sangre, fue por fuerte,
o por quemar espinas de pecado?
Yo ni tengo la nieve, ni la llama,
soy junquillo doblado por la vida
del lado de la duda… Mi ser clama
por agua de verdades, pero herida
de tanto amar, mi alma se derrama.
Así tu cruz me viene a la medida.
ASTOR BRIME