Rouco en el Siglo XXI: la cena (II)

Ambiente kish y surrealista en la cena con Rouco Varela. Suele ser uno de los momentos más interesantes de las comparecencias en el Siglo XXI. Con un presentador anciano, unas dependencias pasadas de moda y una cena tirando a mala. Y encima, con un calor sofocante. Tras la cena (entrante, cordero y postre), las preguntas.

Para preguntar hay que apuntarse en unas tarjetas, que el moderador selecciona. Y entre esas preguntas va señalando a los periodistas para que también puedan hacer las suyas. Y como siempre, hubo de todo. Preguntas de cajón y de lucimiento. Como la de Blázques sobre el Camino de Santiago. Pero, tamiben preguntas de los periodistas claras y directas.

Y el cardenal no respondió ni a unas ni a las otras. Se salía por la tangente, invitaba a leer los documentos del Papa o se escabullía a la gallega. Si no quiere contestar a las preguntas que se le hacen, ¿por qué va a un foro público?

Ejemplos. El compañero de Abc, Jesús Bastante, le preguntó: ¿Ha pensado ya si va a asistir a la manifestación del 12-N? Respuesta del cardenal: "Ese no es el objeto central de mis pensamientos". El compañero de Onda Cero, Paco Paniagua le preguntó: ¿Qué le desearía al hijo/a de los Príncipes de Asturias? Contestación de Rouco: "Que sea una persona y un cristiano feliz".

Un poco más de suerte tuvo el compañero del diario El Mundo y director de nuestro portal, José Manuel Vidal, que le preguntó lo siguiente: "Afean la beligerancia política, la incitación al odio y la siembra de cizaña de la cadena de los obispos. El ministro Montilla lo acaba de hacer en esos términos concretos. Pero, con otras palabras, vienen a decir lo mismo los obispos vascos y catalanes. ¿Qué opina usted?".

Respuesta del cardenal: "Dato non concesso. Niego la conexión que usted hace. No es verdad. No oigo la Cope las 24 horas del día, pero no responde a la verdad, a la verdad de los hechos".

Alguien le preguntó por el Estatut. Repsuesta de Rouco: "Sólo lo conozco por informaciones periodísticas". Otros le invitan a ser más beligerante con el Gobierno. A dar más caña. Y Ricardo de la Cierva cierra el acto surrealista con una proclama sobre su obsesión antimasónica. Y Rouco le contesta: "De la masonería sé poco". Y nos fuimos. Y alguien comenta: "Es el canto del cisne del cardenal". Huela a fin de reinado. ¿Tendrán razón los que le sitúan en un dicasterio en Roma?
Volver arriba