Más ecos de la Plenaria

En la entrada, los prelados se saludan efusivamente entre ellos. Unos más que otros. Pero todos con evidente cordialidad. Y se gastan bromas. El de Guadix se encontró a la entrada con el de Teruel y le dijo: "Nosotros somos obispos de pueblo, pero de altura".

Amigo se para siempre a contestar a las preguntas de los informadores. Como un caballero que es. Y dice sobre la Cope: "Si un medio es conciencia crítica, que no espere que le pongan alfombra por donde pase".

Diálogo con Braulio Rodríguez, arzobispo de Valladolid:
-Monseñor, ¿cómo ve la situación?
-¿Qué situación?
-La del país.
-¿La del diario El Pais?
Y se va. Tan pancho. Los colegas que no lo conocen se quedan boquiabiertos.

Martínez Sistach, arzobispo de Barcelona, se acerca al obispo de Getafe, López de Andújar, y le dice: "Gracias al Getafe, el Barça ya es líder. Genial tamibén el comportamiento del público de Madrid en el Bernabeu". A los obispos también les gusta el fútbol.

El Nuncio revela que, durante el Concilio, fue "asignatus locorum", es decir acomodador de obispos. Los prelados se ríen. Sigue siendo ésa su profesión: nombrar y acomodar a los obispos españoles. Por cierto, parece que Monteiro de Castro no se va a mover de Madrid. Al menos mientras no haya cambios en la Curia y un nuevo Secretario de Estado. En la entrada, le esperaba su coche. Un BMW reluciente con matrícula CD 1 001.

Monseñor Echenagusía, auxiliar de Blázquez en Bilbao, lleva un pin con el mapa del País Vasco en forma de ikurriña.
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