El Papa celebro las vísperas en San Gregorio en el Celio con el primado de la Comunión anglicana en 2012
Nota previa: Copiamos del diario "L'Observatore Romano" lo que hoy publica sobre estas vísperas en las que participan el Papa y el Arzobispo de Canterbury. El Papa preside. Al arbozobispo se le ve revestido también, y con una participación singular. Mucho se ha dicho a favor y en contra de este tipo de oración ecuménica. Nosotros hemos de fijarnos en el Papa y seguir su ejemplo y enseñanza en este sentido. Pero... leamos la noticia:
fieles, tanto católicos como anglicanos, para que renueven el compromiso de orar constantemente y de trabajar por la unidad».
Benedicto XVI y el arzobispo de Canterbury encienden dos cirios en la capilla de San Gregorio Magno en recuerdo del encuentro Recordando en su homilía los mil años de historia del eremitorio de Camaldoli, casa madre de la congregación fundada por san Romualdo, el Papa puso de relieve «la gran fecundidad de la tradición camaldulense», testimoniada entre otras cosas por la contribución cultural y espiritual dada a la elaboración de la Carta constitucional y a la reflexión del concilio Vaticano II. Un camino religioso caracterizado por la continua búsqueda del «justo equilibrio entre el espíritu eremítico y el cenobítico», entre la exigencia de dedicarse totalmente a Dios en la soledad, de sostenerse en la oración común y de acoger a los hermanos «para que puedan beber en las fuentes de la vida espiritual y juzgar las vicisitudes del mundo con conciencia verdaderamente evangélica».
De esta doble dimensión de la visión monástica de san Gregorio había hablado también el arzobispo de Canterbury en su homilía. «En la vida monástica —había recordado, entre otras cosas— el equilibrio entre soledad, por una parte, y trabajo y oración en común, por otra, es algo que trata de hacer posible una clara, diría incluso profética, visión de los demás». Sólo en la «inmersión diaria en la contemplación», de hecho, es posible «ver las necesidades de los demás como lo son de verdad», hasta experimentar el «tormento» para sus necesidades «tan profundas y trágicas».
Esta «empresa inseparable de acción y contemplación, soledad y comunidad —había subrayado también Williams— guarda relación con la constante purificación de la conciencia que tenemos unos de otros a la luz de Dios, que encontramos en el silencio y en el olvido de nosotros mismos». De esto deriva la necesidad de una diaria «disciplina del silencio y de la paciencia», que permite a la verdad manifestarse plenamente purificando «las deformaciones de nuestra visión, causadas por el egoísmo y la avaricia».
A este tema aludió también indirectamente Benedicto XVI en la plegaria del Ángelus del domingo sucesivo, dedicado al episodio evangélico de la expulsión de los mercaderes del templo. «Una típica acción profética» la definió el Pontífice, pero precisando que «no es posible interpretar a Jesús como un violento», porque «la violencia es contraria al Reino de Dios» y «no sirve nunca a la humanidad».
Nota final: La comunio in sacris se refiere a la celebración de la Misa.
Del año 2012
José María Lorenzo Amelibia
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