1.- La Encarnación del Hijo de Dios. Ayer, como todas las noches, preparaba los puntos de meditación de la fiesta de hoy: la Anunciación, Encarnación del Hijo de Dios. Cuando esta mañana me he puesto a hacer la oración, ni me he fijado en lo que ayer preparé: me ha venido al pensamiento enseguida, en latín, lo que tantas veces hemos cantado en la Misa de Angelis: "Et incarnatus est de Spiritu Sancto ex Maria Virgine, et homo factus est". Me ha dado gran alegría, gozo, agradecimiento, fervor. Merece la pena nuestra fe. Gozar en el gran misterio, sublime de la Encarnación.
2.- El resto de la oración ha sido cantar interiormente, con pausa y plena consciencia el credo de la Misa de Angelis. ¡Es sublime! ¡Y pensar que tantas veces en mi adolescencia y juventud lo he cantado medio distraído! Compunción de corazón por ello.
3.- Gozo y alegría y paz al ir sintiendo cada una de las frases de este Credo. Señor, merece la pena los años que me has dado de vida. Desde los sesenta todo parece distinto: por una parte se sufre más. Por otra el gozo no tiene límites.
4.- El ir redescubriendo día a día los misterios de nuestra fe. El estar con Jesús en la oración, aun en medio de la sequedad, tranquilo, a gusto, con paz. Bendito seas, Señor. ¡Dolor y gozo mezclados! Dolor porque no es amado el amor.
5.- Deseo de que sea amado. "Porque sólo Tú eres Santo; Tú sólo Señor; Tú sólo Altísimo, Jesucristo; con Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre".
José María Lorenzo Amelibia
Si quieres escribirme hazlo a: jmla@jet.es
Puedes solicitar mi amistad en Facebook pidiendo mi nombre Josemari Lorenzo Amelibia
Ver página web: http://web.jet.es/mistica