Existe el profetismo hoy

Crítica Constructiva

Existe el profetismo hoy

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Cada día se descubre más la necesidad del profetismo en la sociedad religiosa.  La Biblia nos habla con frecuencia de los profetas. En el Concilio y en el Catecismo de la Iglesia Católica se menciona también la figura de estas personas. Hoy incluso gran parte de los cristianos asumimos este carisma, siempre que criticamos posturas colectivas o de jerarquías que deben ser mejoradas y han de estar más acordes con el Evangelio.

 Para ser profeta no es necesario ser un santo de grandes penitencias y austeridades. Pienso que la función profética la puede desempeñar cualquier bautizado que sienta en su alma la necesidad de mejorar la Iglesia.

 El peligro es aquello de “Consejos vendo y para mí no tengo”; pero tampoco el hecho de no verse perfecto ha de influir para callar como buey mudo, ni el respeto humano por la vergüenza a que te pongan verde, porque tú, pobre criatura, te atrevas a decir algo a los de arriba. Sí es preciso la buena voluntad, el espíritu de caridad, la ecuanimidad y el respeto. Quien insulta no es profeta, es un desvergonzado. Quien zahiere a las personas, se burla de ellas, las pone en ridículo, falta a la caridad. El profeta critica actitudes, pero no se mete con las personas para humillarlas.

 El profetismo no conoce compañeros ideológicos: sabe criticar a los suyos y a los del otro bando y siempre lo hace de una manera positiva e incluso aventurando pistas de solución del problema. Es necesario ser siempre positivo, buscar la verdad, alentar hacia el bien. Lo mejor, por supuesto, es predicar con el ejemplo y no ser tan hipócrita como “la Ramona” que decía: - “Viene mi marido… y no he preparado la comida. Antes de que él me riña, le voy a echar una bronca…” Que es el peligro de quien se mete a profeta, pero él vive una vida nada ejemplar. Aunque este peligro está más extendido entre los prepotentes.  

 Pero tal vez sea demasiado solemne esto de llamarnos “profetas” (casi siempre con ironía) a quienes criticamos con buen espíritu. En el diccionario disponemos de una palabra que utilizamos poco y a mi parecer rima mejor con nuestro propósito, “parresía”, que consiste en aparentar que se habla audaz y libremente al decir cosas, ofensivas al parecer, y en realidad gratas o halagüeñas para aquel a quien se le dicen porque denota una gran confianza y un sentirse Iglesia de verdad. Y esto a nuestra jerarquía a la fuerza tiene que agradar, porque no se sienten solos ni minusvalorados.

José María Lorenzo Amelibia                                         Si quieres escribirme hazlo a: josemarilorenzo092@gmail.com              Mi blog: https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/  Puedes solicitar mi amistad en Facebook https://www.facebook.com/josemari.lorenzoamelibia.3                                           Mi cuenta en Twitter: @JosemariLorenz2

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