Homilías Familiares. Domingo V cuaresma. Ciclo b 25 marzo del 2012

. Jn.

1.- Nos fijamos en unas palabras muy importantes del Evangelio de hoy. Resulta que unos cuantos hombres se acercaron hacia donde estaba el Maestro y dijeron a sus acompañantes: "Quisiéramos ver a Jesús". Y Jesús contesta:


"Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre sea glorificado. Os aseguro que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda infecundo, pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre le premiará."

2.- Nos fijamos en algunos detalles. Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre sea glorificado. Es decir, Jesús, que es Dios, la segunda persona de la Santísima Trinidad. Se nos recuerda la obligación que tenemos de glorificar a Dios, dar gloria a Dios. ¿Cómo? Una manera muy buena es recitar dándonos cuenta el "Gloria a Dios en el Cielo." Vamos a recitarlo siempre dándonos cuenta.


3.- Recordar lo del grano de trigo que se fecunda cuando muere debajo de la tierra. No temer al dolor, a los fracasos, a los trabajos en que no se ve el fruto. Nada queda perdido. No entristecernos. Levantar el ánimo. Señor, cuando llegue el momento duro y de fracaso, danos fuerza para confiar en ti y estar seguros de que tu Providencia nos guía hacia lo mejor para nosotros.

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