SAN JUAN CRISÓSTOMO, OBISPO Y DOCTOR DE LA IGLESIA

Para los Obispos

SAN JUAN CRISÓSTOMO, OBISPO Y DOCTOR DE LA IGLESIA

cristosmo

* Antioquía hacia el 350                + 407                         Memoria, 13 septiembre   

            Su padre era general de Estado Mayor. Fue muy amigo de San Basilio. Cuando escribía sobre él decía: "Ni yo tenía riqueza excesiva, ni él vivía en pobreza extrema". Su especialidad era la oratoria, como su nombre lo indica. Desde muy joven tuvo especial afición y cualidades para las letras y su ilusión era emplear estas cualidades para el servicio de Dios. A los 18 años le entró para siempre un especial amor por las ciencias sagradas. Vivió su juventud cerca de su madre con una disciplina casi monástica. Contaba veinte años cuando recibió el bautismo.

            Fue maestro suyo Diodoro de Tarso, obispo, y formaba equipo con Teodoreto de Ciro y Teodoro de Mopsuestia. Y en su interior brillaba una luz que había de seguir: la vida monástica. Con deseo de soledad y de oración, vivió una larga temporada solitario en una cueva. Deseaba pasar inadvertido. Pero al fin cambió de rumbo para volver al quehacer eclesial. 

            DIÁCONO, SACERDOTE Y OBISPO

            En el año 831 el obispo Melecio ordenó de diácono a Juan Crisóstomo y ejerció como tal durante cinco años. Fue consagrado sacerdote, durante doce años era una gloria para el clero por su santidad de vida. De esa época provienen sus mejores comentarios homiléticos. Eutropio se interesó en sacar a Juan de Antioquía y llevarlo a Constantinopla y consiguió, allí lo nombraron obispo y patriarca de la diócesis. Se comportó de manera parecida a los tiempos de su sacerdocio. Supo condenar los vicios y exaltar las virtudes como buen pastor. Llamó la atención a los ricos de este mundo que se olvidan de los pobres.

            Su preocupación primordial en aquellos tiempos era acabar con el cisma de Antioquía. Fue una honra para Constantinopla no solo por ser un excelente orador sino un santo. Luchó para desterrar la inmoralidad y sufrió por ello persecuciones. Comenzó la reforma por su propia casa; de ella desterró todo cuanto pudiera aparecer como lujo y pompa. Comía solo y muy frugalmente. Trabajó en el clero por terminar con la cohabitación de sacerdotes con las llamadas "Hermanas espirituales". A los numerosos monjes, dados a participar en la mesa de los ricos y a vagar incontrolados, les obligó a encerrarse en sus monasterios y a ejercer en sus celdas los ideales de la vida contemplativa.

            Fustigódeunamaneraespecialeldeseoderiquezas,porquetodoelloredundabaendañodelospobres.Lapreocupaciónporayudaralospobresfueconstantedurantetodasuvida.NovacilósiquieraenllamaralordenaEutropio,enriquecidoacostadelosdemás.¡ConsiderarqueEutropiofuesubenefactor!Nosecontentóconesto.QuisoimitaraSanBasilioycreóinstitucionesparaayudaralosmásnecesitados.

            Diogranimpulsoalaliturgiacomovivenciaespiritualycomocatequesis.Elpueblosencilloloadmirabaymostrabahaciaélsuentusiasmo.Habíacaladoenellosporsubienhacer.Peroelclerointriganteyfrívolosesentíaincómodoyhumillado.Supotambiénatajarelobrardelasmujeresqueresultabanrémorayescándalo,apesardesuaparentepiedad.

         PERSECUCIONES Y PENAS

LaemperatrizEudoxiainfluyóparaentregaralgodoGaínanadamenosqueaEutropio.SerefugióenSantaSofíaacogiéndosealderechodeasilo.EndefensadeEutropiocompusoSanJuanCrisóstomosufamosahomilíaconaquellafrase"Vanidaddevanidadesytoda vanidad".LaemperatrizEudoxiadeseabahacerletodoelmayordañoposibleaSanJuanC.Dándosecuentadequenadaleharíasufrirsinoelpecado,intentóhacerlepecar.Peronuestrohéroenuncasucumbió.

            Tuvoqueintervenirenmuchosasuntosdeiglesias.Ysufriómuchascalumnias.Perolamuchedumbredefielessiempresupoapoyarle.SuentradaenConstantinopladespuésdeunalargaausenciaporcuestionesministerialesfueapoteósica.Lagentelesaclamabaagritosentrelágrimasyaplausos.Juanfielasuconciencia,continuóensupredicaciónexhortandoalaconversiónyalavirtud.

            Contra la ley canónica, el conciliábulo de "La Encina" lo depuso de su sede. Juan no movió un dedo para defenderse, sobre todo por temor a que llegara todo a degenerar en reyertas y derramamiento de sangre. Escoltado llegó a Nicea y allí se le notificó el lugar de su destierro en el Asia Menor. El viaje fue muy duro y cayó enfermo. Pero él nunca perdió el ánimo. Incluso trataba de consolar a todos y se preocupa de la misión evangelizadora de Fenicia.

 EnesascircunstanciasescribióunlibrosobrelaProvidenciaDivina.Encaminohaciaeldestierro,completamenteagotado,nopudolevantarsemás.RecibiólaEucaristíacomoviático,ymientrasrepetíalajaculatoria"GloriaaDiosentodo",expiró.Lafiguradeldesterradofuetomandoaprecioyveneración.SunombreprontofueincluidoenlosdípticosdelasIglesias.

 José María Lorenzo Amelibia

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