Asociación de sacerdotes casados de España (ASCE) Jesús instituyó el sacerdocio sobre hombres casados (menos uno))
Informa ASCE
Crítica Constructiva
| José María Lorenzo Amelibia
Jesús instituyó el sacerdocio sobre hombres casados (menos uno)
Institución del sacerdocio
Se han puesto acondicionamientos excesivos: que la virginidad consagrada ha de ser de por vida; que el sacerdocio ha de unirse al celibato; que el ejercicio ministerial ha de ser hasta la muerte. Existe en todo esto mucha radicalización. ¿Por qué no admitir como válida la virginidad temporal? Puede el hombre comprometerse a algo hasta la muerte; me refiero a algo no exigido por Dios mismo. La vida es más natural y sencilla.
Hemos de apoyarnos en lo relativo al matrimonio y orden sacerdotal en el dogma definido: el matrimonio es indisoluble; el orden sacerdotal imprime carácter. Por eso el tratamiento de ambas vocaciones es diferente.
En el matrimonio no se puede admitir el divorcio, sino únicamente la declaración de nulidad. En la ordenación pueden también existir casos de nulidad, aunque más raros.
A mi modo de ver no existe coherencia dogmática al impedir el ejercicio del ejercicio del sacerdocio por haber abrazado otro sacramento – el matrimonio – del todo compatible con el ministerio. Según las fuentes dogmáticas, la recepción de un sacramento da derecho al uso del mismo. No se han dado razones convincentes que expliquen la praxis actual de la Iglesia. Da toda la impresión de abuso de poder.
Si Dios aceptó y consagró una vocación mediante la imposición de las manos del obispo, ¿cómo se atreven los hombres a interferir la acción divina? Con la mejor intención pretendo buscar razones, pero no las encuentro. He de acudir a la Historia y ella no da luz. Dentro de la Iglesia han existido muchos casos de abuso de autoridad; con el correr de los tiempos se han ido constatando: la inquisición y el poder temporal de papas y obispos tal vez sean los más significativos. Estoy seguro que algún día parecerán claras estas ideas que hoy con temor expongo.
Ha sido muy peculiar la formación de las vocaciones. A los doce años ingresaban en el Seminario los niños que mostraban cierta inclinación al sacerdocio por su vida de piedad. Era necesario también una inteligencia buena. Se cultivaba con esmero la virtud de la pureza juvenil. Se cuidaban aquellos retoños como plantas de invernadero. Se eliminaba mediante la criba de la dirección espiritual a quienes no conseguían dominar su cuerpo de los movimientos carnales.
El problema afectivo de la adolescencia había que sublimarlo con el amor a la Virgen María. El vencedor de estas primeras luchas era apto para salir del fanal, ya comprometido para toda su vida. El nuevo sacerdote había de ser invulnerable a las tentaciones afectivo – sexuales. ¿Se equivocó en elección? Durante siglos enteros no hubo posibilidad de cambiar de rumbo la vida del clérigo célibe por cauces legales. En la década de los sesenta del siglo XX se abrieron las puertas al matrimonio de los sacerdotes, mas con la prohibición de ejercer el ministerio sacramental que de Cristo habían recibido.
José María Lorenzo Amelibia
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