Queridos señores obispos:
Leemos planes pastorales muy hermosos; pero da la impresión de que en bastantes diócesis lo esencial se centra en unas conferencias muy bien estudiadas; una serie de reuniones excelentes y con la mejor voluntad, pero queda en un plano más bien oculto la renovación en santidad de los sacerdotes y personas consagradas.
No vemos en los programas de distintas jornadas pastorales unas horas dedicadas a la oración junto al Santísimo, al recurso constante en privado y en público a nuestro Señor de quien procede el incremento. Y esto es lo principal. Esto debiera ser lo más destacado en toda jornada de pastoral, en toda reunión de obispos y de sacerdotes.
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