RAZONES DE MI FE CATÓLICA

Espiritualidad

RAZONES DE MI FE CATÓLICA

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Mi fe en Jesucristo

                 Hace ya bastantes años maduré en la fe. Pero no me resultó fácil.  Como todos al principio creía porque así me lo habían dicho en casa y en el catecismo. Luego me preguntaba: ¿y si me han engañado?  ¿Y si todo es una farsa para sacar dinero?  Estos pensamientos me hicieron recapacitar y sobre todo me animaron a estudiar a fondo mi religión católica.  A veces se me quitaban las ganas al ver cuánta gente falsa e hipócrita existía. Pero pensé: en un asunto de tanta importancia no se podía obrar por el hecho de que el comportamiento de algunas personas me molestara.

                 Recuerdo las ideas de más impacto en el estudio: Dios existe. Dios se puede comunicar de alguna manera con los hombres.  Hay unos libros en la Biblia sobre Jesucristo, el enviado de Dios. Jesucristo es un ser histórico tan real como cualquier otro hombre de la historia.

                 Ahora bien, Jesucristo afirmó de sí mismo que El era el enviado de Dios, el Hijo de Dios. Y lo demostró con sus milagros y con su vida. Y sobre todo lo demostró con el gran milagro de su resurrección.

                 Por otra parte, Jesús fundó un Reino. Continuamente hablaba del Reino de Dios. Eligió a doce hombres para que le ayudaran en la labor de predicar la Buena Nueva y el Reino de Dios.  Escogió a Pedro para que El fuera la cabeza de ese Reino de Dios en la tierra. Más tarde a ese Reino de Dios en la tierra se le ha llamado Iglesia.

Mandó que ese reino de Dios se extendiera por todo el mundo. Les dijo a los apóstoles:       estaré con vosotros hasta el fin de los siglos. Pero los apóstoles habían de morir y ellos habían de elegir a sus sucesores: el Papa y los Obispos.

                 Por consiguiente, en la verdadera Iglesia de Jesucristo ha de tener a los sucesores de los apóstoles y de Pedro.

                 Yo fui estudiando lo que ahora te incluyo en media docena de párrafos durante mucho tiempo. Me quedé tranquilo.

                 Luego comprobé que en muchos casos estas personas dirigentes de la Iglesia no se comportan de acuerdo con el Evangelio de Jesucristo.  Esto también me produjo crisis. Pero lo solucioné pensando que Jesucristo no prometió que todos sus representantes serían santos sino la asistencia a la Iglesia para que no enseñara nada contra la verdad religiosa. Por eso el Papa en algunas ocasiones tiene el don de la infalibilidad.

                 Desde entonces aprendí a distinguir entre la doctrina y las personas transmisoras de la verdad. Dios pedirá cuenta a ellas de sus decisiones buenas o malas. Y a cada uno de nosotros también. Al fin y al cabo, todos estamos hechos del mismo barro. Y esperemos nos juzgue con misericordia.

                 Bueno. Esta ha sido mi experiencia personal. Y te la he querido expresar tal y como ha sido. Ojalá te pueda servir de algo. Por otra parte, en muchas cosas de estas ya has pensado.  Pero espero estas ideas te sirvan para poder aclararte un poco más.

            A veces se nos hace tan difícil la fe... Una vez hablaba yo con una señora que vivía como si no tuviera fe. Me decía: Yo admiro a personas creyentes como tú.

            Aquella persona también tenía fe. Lo observé. Pero no había dado el paso de ser adulta en la experiencia religiosa. Le parecía la fe de un mayor como la de un niño pequeño.

            Cuando éramos niños no nos costaba creer. Lo recuerdas muy bien. Todo lo que te explicaban en la catequesis, en la escuela, en cualquier lugar lo veías sin sombra de duda. Al hacerte mayor te vas volviendo más crítico y se barrunta la fe como algo oscuro, como la niebla. Parece que sí, pero…un montón de dudas se agolpan.

            La razón nos ayuda en la fe, pero por supuesto, la razón no lo explica todo; de lo contrario la fe no sería fe.  La razón nos dice la posibilidad de la revelación; y comprueba la doctrina de Jesucristo como maravillosa. Incluso la razón nos aconseja en el sentido de que, de todas las religiones existentes, la cristiano - ­católica es la que más merece la pena en conjunto, a pesar de los fallos de muchos dirigentes.

            Todo me va inclinando hacia la fe. Pero vienen las dudas. Y han de venir esas dudas. De lo contrario, la fe no sería fe.

            A veces se me ocurre como duda: yo hubiera hecho el mundo mejor, sin posibilidad de odios, de guerras, de terremotos, de injusticias.

            Entonces miro a Jesucristo en la cruz víctima de odios y de injusticias. Esto no me deja del todo tranquilo, pero digo entonces: "Señor, ¿a quién iremos? Tú solo tienes palabras de vida eterna." ¿Qué necesidad tenías de venir a este mundo? Y sigo adelante. Y le pido más veces" "Señor, yo creo, pero aumenta mi fe." Y mi convicción es tan total que daría la vida antes de abandonar mi fe. Te lo digo como lo siento.

            Vamos a pedirle a Dios todos los días el don de la fe. El nos va a ayudar, para que sigamos adelante.

            Llegará el día de la visión cara a cara y entonces no necesitaremos ya más de la fe. Vamos a confiar en Dios. El es bueno. Por algo me ha traído a este mundo. Y grande va a ser el gozo total de la vida eterna, si creemos y procuramos adecuar nuestra conducta a esta fe; contando, sí, con la fragilidad propia y con la ayuda de Dios.

José María Lorenzo Amelibia  

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Mi blog: https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/       

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