Retiro de Agosto 2021 Tema del retiro, ser santo: conocimiento, servicio amor a Dios,  vida sobrenatural, salvar el alma.

Retiro  espiritual del mes de Agosto 2021

Ofrezco este retiro del mes de agosto . Se puede realizar en particular durante una mañana o una tarde. También puede servir a sacerdotes para ofrecerlo a algún grupo de personas. Puede ser muy fructuoso para el alma.

 Ideas principales del retiro de las obras completas de San Pedro Julián Eymard.

Retiro agosto 2021.-

Tema del retiro: ser santo: conocimiento, servicio amor a Dios,  vida sobrenatural, salvar el alma.

alama

 1.- “Llevaré tu alma a la soledad y allí hablaré al corazón”. (Os. 2,14). Le dará a conocer su voluntad. La atraerá en pos de sí. Apartar de mi mente todo pensamiento extraño.

2.- Conocer la vocación a la gracia a la que Dios me llama. Hace tiempo que Jesús me atrae y convida. Para escuchar la voz de Dios he de ponerme en soledad interior. Mientras el mundo  trata de seducirme, Jesús me llama. “Ven en pos de mí, ven junto a mí: yo te daré la paz en este mundo, y después el Cielo”.  Virgen María por medio de ti consagro al Señor este retiro.

3.- “¿De qué le sirve al hombre ganar todo el mundo si pierde su alma? (Mat. 16,26). Dinero, placeres, fama, bienestar... lo importante la vida eterna junto a Dios. Salvarnos es el primer deber.  Salvar  el alma, hacerme santo,  este es el gran negocio de mi vida. Ser rico, placeres, fama: todo esto es la nada, lo efímero, pasa. De nada me sirve todo si no alcanzo mi último fin. Salvarme, ser santo es mi primer deber. Los demás deberes han de cumplirse, pero la gloria de Dios, su voluntad es el primero; y llegará así la salvación. Las virtudes de los demás no me hacen virtuoso, eso sí, me pueden estimular. Prolonga, Señor, tu misericordia sobre mí.

4.- Para ser santo y salvarme he de amar y servir a Dios. El primer deber consiste en dar a Dios lo que merece: amor, adoración, servicio. Con todo el corazón, alma y fuerzas. Pero, ¡cuántas veces por capricho, por temor a los hombres, por causas baladíes me he alejado de Él! Servirle, adorarle en espíritu y en verdad.

5.- Conocer a Dios, conocerme a mí. Por mí mismo no soy nada; nada puedo en el orden sobrenatural: “Sin mí, nada podéis hacer” (Jn. 15,5). Pero puedo pecar y apartarme de Dios. Conocer a Dios en la oración, en la lectura de la Biblia, en la lectura espiritual, en la contemplación de la Eucaristía.

6.- Vivir en estado de gracia. He de deshacerme del hombre viejo y revestirme el hombre nuevo creado según d sobre en justicia y santidad verdaderas. (Ef. 4, 17-22). El hombre viejo es orgulloso, ambicioso, sensual. No tiene felicidad ni en este mundo ni en el otro. El hombre nuevo vive en estado de gracia, que  es el mayor bien, puesto que fecunda la vida y nos colma de bienes: nos hace ciudadanos del Cielo.

7.- Adorar a Jesús, el Hijo de Dios y hombre verdadero. Adorarle en la Eucaristía. Adorar es llevarla vida de los santos en el Cielo, alabando y bendiciendo la bondad de Dios. Adorar es el acto supremo de la  virtud de la religión. Es el acto más santo; en la adoración ejercitamos la fe, la piedad, el amor; adorando practicamos la caridad perfecta. Debo adorar también a Cristo en la Eucaristía por aquello que no le adoran y son indiferentes.

8.- La vida sobrenatural procede de Dios, de su gracia, que nos justifica. Con la ayuda de Dios siempre puedo hallarme en estado de gracia. Con esta ayuda puedo santificarme, trabajar para Dios, para su gloria. Puedo llegar a la perfección, vivir en Dios y para Dios. Vivir una vida eucarística: “El que come mi carne y bebe  mi sangre, mora en mí y yo en él”. (Jn. 6,57).

9.- La vida sobrenatural tiene tres enemigos: el demonio, el mundo y el hombre viejo. El demonio nos tienta, sobre todo con el orgullo; me quiere idólatra de mí mismo. Hemos de combatirlo por la fe e invocando a la Virgen María. El mundo también nos acosa aún más, pues vivimos en el mundo. Hemos de cuidarnos de sus falsas máximas, de la ambición al poder, de los respetos humanos. No dejarnos llevar por los incrédulos e impíos. El hombre viejo (la carne), el “yo”, mis comodidades, el placer, la desidia. “¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?” (Rom. 7,24). Es necesaria una guerra consigo mismo.

10.- Servicio a Jesucristo: seguir su misión, sentirnos apóstoles. “Vuestra vida está escondida con Cristo en Dios”. (Col. 2,3). Servirle en los necesitados, en los que sufren, en los que no creen, ser ayuda para cuantos podamos en la fe y fidelidad a Dios. Abnegarnos sirviendo a Jesús también cuando sufrimos, llevando con Él la cruz.  Servir a Jesús con María: imitarla en su servicio sencillo, diario, amoroso.

11.- Vivir a tope mi vida de bautismo; el sacerdocio común del bautizado y el ministerial. Continuar la misión evangelizadora de Jesús. Sacar para ello fuerza de la misa y de la comunión; vivir con gran fervor el amor a Jesús sacramentado. Jesucristo ama nuestra acción sacerdotal y evangelizadora nos abundantes gracias para acercarnos al alejado.

Ideas principales del retiro de las obras completas de San Pedro Julián Eymard.

Examen práctico

  1. ¿Estoy preparado para comparecer ante Jesús?

  2. ¿Podré presentarme con la confianza del servidor fiel?

  3. ¿He vivido solo para Dios?

  4. ¿Se han referido a Él mis acciones y mis afectos de una manera constante?

  5. ¿Qué es lo que en mí domina? ¿Mi apetito desordenado?

  6. ¿Mi pasión dominante? ¿Lo que me entristece?

  7. ¿Cuáles son mis resoluciones ordinarias?

  8. ¿Cuál me especial devoción?

  9. ¿Estoy contento de Dios? ¿Dios lo estará de mí?

  10. ¿Me ocupo de la gloria de Dios?

  11. ¿Hago algo en mi misión cristiana evangelizadora?

  12. ¿Me doy cuenta de que la adoración es esencial para mi vida  religiosa?

José  María Lorenzo Amelibia Si quieres escribirme hazlo a: josemarilorenzo092@gmail.com Mi blog: https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/

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