El ermitaño Salvador Romaguera. Sus ideas cristiano - eclesiales

Algunas ideas que llevaba muy en el alma

Javier Aliaga lo entrevistó en una ocasión. Tomamos algunas ideas entre aquellas respuestas.


- Yo era futbolista, me iba a casar y era un hombre con todas las alegrías de los veintitantos años. Pero un día, el Señor me llamó y me empujó a seguirle y servirle.

- La televisión es una maravilla para el bien y para el mal. Por ejemplo, me dicen algunas personas, sobre todo sacerdotes, que suben a la ermita: "Hermano, usted no salga, usted debe estar en la ermita". Y yo digo: "¡No! Vosotros no habéis llegado a Dios. Si lo hubierais hecho, saldríais corriendo en busca de vuestros hermanos para quitarles las ataduras que vosotros les habéis puesto". Y por esa razón bajo del monte, para ayudar a mis hermanos.

- Yo no había ido nunca a un programa de televisión y acudí a “Carta Blanca” para explicar el tema de la muerte. Me pusieron entre el público y una señora me dijo: "Hermano, no le van a dejar hablar casi". Efectivamente. Comencé a hablar pero el señor que lleva el programa me espetó diciendo que el tiempo era oro y que concluyera.

Después, me invitaron a “En primera persona” y, cuando comencé a explicarme, empezaron a reírse y a burlarse. Ni me atendieron. Al final, corté y dije: "Sois unos blasfemos y no tengo que volver nunca más". No soy soberbio, pero cuando prometo una cosa a Dios no me vuelvo atrás. De mí no se ríen más.

- Escribí al Papa para ir a predicar y evangelizar a la misma Iglesia de Roma, pero de eso hace más de dos años y no me han contestado. Si fuera un político de gran nombradía, me habrían aceptado, pero predico como mendigo y peregrino de la palabra divina de Dios, y digo que no tengan ni dinero ni alhajas. Esas riquezas, que las repartan entre los pobres y los negritos del tercer mundo, pero nada de eso. No lo hacen.

- Dice Cristo: "Gratis lo habéis recibido, dadlo gratis".
Y eso se chafa. La Iglesia dice "a cobrar, dinero y bancos", y los sacerdotes no cumplen el voto de pobreza. Todo el que cobra y no cumple el voto de pobreza no es sacerdote legítimo, es bastardo, porque desobedece a Dios y a Cristo.

- Los bienes de la Iglesia no le pertenecen, debe ser humilde. ¿Habéis visto en algún sitio a Jesús de Nazaret con sortija de oro o que tenga coches blindados y escoltas?

Estas frases no hay que mirarlas con la lupa de un teólogo; Romaguera se sentía profundamente católico y lo era; pero le dolían las riquezas y ostentaciones. Las fustigaba a su manera. Como un nuevo Savonarola.

- Habéis hecho una Iglesia puta, ramera y descarada, ponlo así. No es la Iglesia de Cristo. Curas, frailes, obispos, cardenales y Papa, a todos los que cobráis, lleváis alhajas y escoltas y no cumplís vuestros votos, os diré: mi Iglesia no es vuestra Iglesia, mi Dios no es vuestro Dios, mi Evangelio no es vuestro Evangelio. La misa la ha convertido la Iglesia en la gran banca. Me siento un ermitaño llamado por Dios para evangelizar especialmente a toda la Iglesia consagrada y darle la libertad a las ovejitas que tienen conducidas y oprimidas con mandatos que Cristo no ha dicho.

- Cristo me dice: "Misiona mi Iglesia". ¿A quién debo obedecer yo, a la amistad o a Cristo? De las personas que me rodeaban he perdido algunas, pero ahora vienen miles a verme, de todos los sitios y especialmente juventud, que es la más difícil de convertir por la Iglesia.

- ¿Qué opina del Opus Dei?
R. Como criaturas, yo las quiero. Ahora, cuando veo grupos aislados dentro de la Iglesia, no estoy de acuerdo. Desde el primer papa hasta el último, no se debería haber permitido ninguna orden. Cristianos de Evangelio y basta. Se crea una situación de segregación, de separación en la Iglesia entre más auténticos, más listos... Nada de eso. Se ha de estar con los más pobres y necesitados y con todas las ideologías y creencias, porque todas tienen riqueza. Es más lo que nos une que lo que nos separa.

Mi opinión sobre todo esto:
Todas estas ideas pueden parecer estridentes, fuera de tono. Creo que conociendo al hermano Romaguera no se opinaría lo mismo. Es necesario considerarlas en un contexto, lleno de amor, de fidelidad. Sería fácil desdeñarlas como si fueran protestantes. Es lo cómodo. Lo difícil es con humildad hacer un examen de conciencia. Llevarlas a la práctica es muy difícil, incluso parecen ideas utópicas. Pero merece la pena considerarlas como venidas de un fiel hijo de la Iglesia, que nos ha dado ejemplo de radicalidad en seguir el Evangelio.

Murió el ermitaño Salvador Romaguera

Era el mes de julio del año 2004. Murió solo, al parecer de un ictus cerebral. Él barruntaba que así podía morir y tenía preparada su sepultura en la roca, cerca de su ermita. “Si me siento mal – le decía a Sardá en una de sus visitas – me acostaré aquí; y aquí alguien me encontrará”. Y fue hallado unos días más tarde por algún guarda forestal.

Radio María el 10-2-12 hacía este comentario de él:
“Las almas de oración, que en un tiempo vivían en el mundo como el Hermano Salvador Romaguera, al profundizar más sobre la oración, se retiraron del mundo, rompen con todo aquello que les impide hacer verdadera oración. Alma de oración, vivió y murió en oración, ¿solo? le encontraron solo, sin vida. Gracias a la oración del alma fiel, pues aunque dejen este mundo, sin la presencia de otras personas, le asisten Jesús, María Santísima, los ángeles y los santos”.

Para mí es un testimonio de los grandes que he presenciado en mi larga vida. En mi corazón coloco a esta alma de Dios como en un altar, junto con las ocho o diez personas que más han influido en mi vida y a quienes he dedicado artículos, y semblanzas.

Bendícenos desde el Cielo, donde esperamos te haya acogido el Señor como siervo bueno y fiel.

José María Lorenzo Amelibia
Volver arriba