El gusto por el boato
Para los Obispos
| José María Lorenzo Amelibia
El gusto por el boato
(R.D)
Tuve un compañero que no llegó a obispo, pero en un sector eclesial, gozó de gran prestigio. A una conferencia que impartía acudió un número considerable de personas. Se abalanzaban sobre él para decirle algo, para verlo de cerca, para recibir su saludo. En ese momento, los ocho o diez incondicionales que siempre le seguían, lo rodearon a modo de policía para conseguir que nadie se le acercara demasiado. Y mi compañero me comentaba meses más tarde: “Fue impresionante aquella conferencia. Me sentía yo muy importante, rodeado por aquellos guardaespaldas… y con la gente que deseaba establecer contacto conmigo”. Así somos, así son nuestros obispos, sin pretender con esto generalizar, porque los hay sumamente sencillos.
Cuando nuestros monseñores padecen la episcopalitis, son duros, intransigentes, muy seguros de sí mismos. Saben escuchar mucho tiempo, pero cuando hablan, pronuncias sentencias definitivas; no tienen vuelta atrás. Dan pena. Se han creído que su dominio atañe incluso a las conciencias. Porque, aunque el obispo no dispone de una policía que fuerce a nadie, esgrime el arma de suspensión a divinis; aunque rarísima vez la ejecute; y puede condenar al ostracismo a sus curas, simplemente no haciéndoles caso. Y ¡pobre si le dice a alguno: “No estás en comunión eclesial”.
Esperemos que no se propague mucho esta enfermedad de episcopalitis. Para ello, señores obispos, estad muy encima de vosotros mismos y daos cuenta de que sois igual que los demás. Y que si habéis sido ordenados obispos, no sois dignos y vuestra autoridad sea de servicio y amor.
José María Lorenzo Amelibia
Si quieres escribirme hazlo a: josemarilorenzo092@gmail.com
Mi blog: https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/
Puedes solicitar mi amistad en Facebook https://www.facebook.com/josemari.lorenz