Dialogar es posible y urgente

Recibí una llamada esta semana, de alguien que no conozco y que trabaja en diálogo ecuménico. Había leído algo mío y le preocupaba si yo realmente “creo en que es posible el diálogo interreligioso” y “cuál es el camino”. “Porque –me decía, a en el diálogo entre cristianos, tenemos serias dificultades, cuánto más será en el diálogo con aquellos que no aceptan o conocen a Jesús y hay menos en común”.

Le dije que yo creo en el diálogo entre personas y entre creyentes de diferentes religiones, o incluso sin ninguna religión. El diálogo siempre que se quiera, es posible. El tema de interreligioso, no es un obstáculo, muchas veces es precisamente una puerta que nos abre a él, una “mística” que nos anima, o unas intuiciones o convicciones de fe, que nos hacen abrirnos a otros puntos de vista, a otras realidades, a la parte de la “verdad” que todos tenemos. Una dificultad muy grande para el diálogo, en cualquier ámbito, es pretender imponer al otro “mi verdad”, “mi punto de vista”, “mis dogmas”….mis manías, etc….

Al diálogo se ha de ir “desnudos” sin corazas, porque no tenemos nada que perder y siempre mucho por ganar. Y eso no quiere decir claudicar de las propias convicciones y de la fe que a cada uno le hace vivir, ¡todo lo contrario!, ni hacer un sofrito tomando un poco de cada una…. No. Se trata simplemente de compartir, de enriquecernos mutuamente y de confirmar o redescubrir que Dios es el más y mejor, lo que está más allá, lo que no se puede encasillar.

Santo Tomás, dedicó toda su vida a escribir y enseñar. Su gran obra fue la Suma Teológica, y al final de su vida tuvo una experiencia de Dios y “vió”… entonces quiso quemar sus obra, porque eso ¡era paja!, eso “no era Dios”…. Dies era mucho más y se había quedado corto…

Valga su experiencia para dialogar, compartir, enriquecernos mutuamente y trabajar juntos por el proyecto de la humanidad, de la nueva humanidad, de la humanidad reconciliada querida por Dios e inscrita en cada persona.

Acabo uno unos pensamientos de Francesc Torralba, hablando del diálogo interreligioso en el que afirma: “No estoy muy seguro de que pueda funcionar el diálogo entre religiones, a pesar de que se deben realizar todos los esfuerzos posibles para que sea una realidad. Existe demasiado miedo, demasiadas inercias del pasado, todavía demasiado hermetismo. En el terreno dogmático, creo que será formalmente imposible llegar a acuerdos, pero en el campo ético y en el campo místico es posible hallar experiencias comunes, lugares de intersección. Como sugiere Hans Küng, existen unos valores genuinamente humanos compartidos por las grandes tradiciones religiosas. Sobre este fondo común se puede edificar la convivencia y la ética global.”

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