¿Encontrará lugar entre nosotros?

El frío, la nieve, la lluvia, las carreteras cortadas por los temporales, los puertos de montaña cerrados, etc., todo esto nos habla de una climatología ambiental que está en sintonía con la frialdad de unas estadísticas que nos revelan la gravedad del momento que vivimos, y que ni las luces de las calles ni las bombillas de Navidad, pueden calentar:

Cada día más trabajadores van a la calle.
Cada día más familias no tienen qué comer.
Cada día aumentan los robos y la sensación de inseguridad.
Cada día quedamos mes helados al ver como la ayuda de los gobiernos va a los poderosos, a quienes más tienen, y vemos cómo, los más pobres, continúan siendo los grandes olvidados de nuestro mundo, de nuestra instalada sociedad de confort.

Pero, un año mas vuelve la Navidad, y un año más, Dios quiere hacerse presente en medio nuestro, haciéndose pobre y necesitado; quiere poner su tienda en medio nuestro, desde la vulnerabilidad de un recién nacido, poniéndose junto a los marginados, junto a los olvidados, como lo hizo hace casi 2008 años, en un portal…

Vuelve la Navidad, y seguramente como hace 2008 años, alguien llamará a nuestra puerta pidiendo un espacio, una ayuda, ser acogido. Allá, en Belén de Judà no había lugar para esta pareja y para aquella madre que esperaba un hijo: ¿hoy, encontrarán acogida cuando llamen a nuestra puerta vestidos de inmigrantes, de pobres, de persona que están en el paro....?

Ven Señor, vístanos con tu salvación, y danos la capacidad de reconocerte en nuestros hermanos pobres y desamparados.

Ven, y que “la crisis” nos humanice y nos enseñe a compartir los bienes que son de todos.

www.dominicos.org/manresa
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