Pueblo armado ¿pueblo respetado?

No quiero entrar en la polémica de las fotografías del rey quemadas, ni en los reclamos independentistas, sí quisiera hoy pensar en voz alta sobre lo que suscitó en mí una foto que se publica en el diario de Manresa, Regio7, a raíz de la manifestación de ayer en la Plaza Mayor donde unos sesenta jóvenes quemaron las fotos del rey.

En ella se ve, en primer plano a un joven que lleva una camiseta en la que se lee “Poble armat, poble respectat”.-es la foto que ilustra este blog de hoy-.

Y yo me pregunto: si consigo respeto porque estoy armado, ¿es ese respeto válido y coherente? ¿cuánto tiempo durará? Seguramente mientras tenga las armas, o la posibilidad de atacar al “otro”.

Si la independencia que proclaman, se pretende conseguir “estando armados”, de ahí al terrorismo hay solo un paso, y la verdad es que me preocupa, porque todos sabemos que ETA está haciendo más mal que bien al Pueblo Vasco y a los nacionalistas de Euskal Herria.

Me pregunto si estos jóvenes, que en ocasiones se manifiestan pacifistas, y son los que apoyan movimientos como “aturem la guerra” y se llenan la boca hablando de justicia, si no estarán consiguiendo el efecto contrario de lo que dicen reclamar: ¿cómo puedo pedir que me respeten, si yo no respeto a los otros? Triste victoria la que vence, pero no convence. Me preocupa, como me preocupa toda defensa de “derechos” legítimos, “al precio que sea”, como si el fin justificara los medios.

¿Creen acaso que Cataluña será respetada, si ellos no son capaces de respetar a los otros? ¿creen que la paz, la “independencia” y la libertad se construyen y consiguen con “las armas”? En una ocasión hablé con un líder de Esquerra Republicana que estaba muy enfadado porque en la Plaza de Sant Jaume habían quemado una bandera española, y me decía: “¿Cómo hubiéramos reaccionado nosotros si en la Puerta del Sol hubieran quemado una Senyera? No es así como haremos valer nuestros derechos y menos como nos ganaremos el respeto”.

Termino recordando una frase de Antonio Mingote que decía: “ Todos quieren la paz, y para asegurarla fabrican más armas que nunca”, y ellas lo único que garantizan es que “haya guerra”.

El respeto se consigue cuando somos capaces de dialogar, buscar caminos, negociar, “tener razones y ser consecuentes con ellas”: con las armas lo único que se consigue es la guerra y la violencia.

Dejo constancia que la mayoría de los nacionalistas catalanes y de los que vivimos y amamos este País, no coincidimos con estos extremismos que no revelan ni de lejos lo que es Cataluña y lo que anhela este pueblo.

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