Me propuse no hablar de política y menos partidista, pero en este caso no puedo silenciar mi impotencia ante el gran saqueo que continúa en Argentina. Dicen que sólo los tontos tropiezan dos veces con la misma piedra, y los argentinos están a punto de darse de bruces con Cristina, la esposa de Kirchner .

Después de la pesadilla del corralito, quieren vendernos que Argentina va bien. Argentina ha pagado su deuda al FMI y se ha endeudado con otro dictador: Hugo Chávez. ¿Sabeís que este dictador es el líder político más valorado por los emiratos Árabes y que no oculta su amistad con el presidente de Irán?

Me cuesta creer que la llamada “cubanización” de América Latina sea la solución a sus problemas. Hace unos meses un alto directivo de educación argentina me decía: Los planes de estudio los han preparado en Buenos Aires un equipo de pedagogos cubanos enviados por el gobierno.

Y si visitáis el diario de Tucumán, veréis que la impunidad es el único pan que junto a la violencia se come cada día.

A fuerza de bolsones de alimentos y de planes para que la gente no trabaje, han conseguido hacerse con la suma del poder, y así, en Argentina casi no hay oposición. Sí hay populismo y dictadura.

La Iglesia tiene una voz profética y comprometida, salvo alguna escasa excepción, y esto le está costando el enfrentamiento con el gobierno, pero por fin los obispos argentinos se han puesto al lado de la verdad y la justicia y no están dispuestos a venderse a un presidente como el que tienen.

Para más infamia, ahora Cristina se presenta como la continuidad, y sin quererlo estaremos perpetuando las dinastías familiares de explotación y perpetuación en el poder.

¿Será que cada pueblo tiene lo que se merece? No lo quiero creer, aunque de momento creo que debo resignarme a aceptar que las vacas flacas continuaran hasta que se terminen de morir, mientras la clase política argentina que está en el poder continúa con el festín que se ceba con el hambre de los pobres.

Ernesto Sábato decía con sabiduría que “"Hay una manera de contribuir a la protección de la humanidad, y es no resignarse." Espero que los argentinos no bajen los brazos, y que al tiempo que trabajan para salir adelante, no dejen de alzarlos a Dios, para que les ayude a vivir con dignidad, porque si han de esperar algo de la clase dirigente, la desesperación es la única salida.

Y si me permitís, hoy dejo resonar en mí algo que cantábamos de niños con confianza y “hasta con fervor”, el día del Corpus por las calles de mi País, y que expresa la fe de los argentinos, y que hoy asumo como oración por mi gente, por mi pueblo, por mi Argentina:

Cristo Jesús, en Ti la Patria espera
gloria buscando con intenso ardor.
Guíala Tú, bendice su bandera
dando a su faz magnifico esplendor.

¡Salve, Divino foco de amor!
¡Salva al pueblo argentino,
escucha su clamor!
¡Salva al pueblo argentino,
Sagrado corazón!

Cristo Jesús, altar donde se ofrece
todo el amor que el mundo tiene a Dios,
haz que el amor nos una en esta vida
para formar un solo corazón.

Cristo Jesús, por quien la Patria espera
ser un hogar de paz y libertad,
haz que por Ti, la Patria en que vivimos
sea anuncio de la celestial.

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