Entrevista con la presidenta de Manos Unidas Clara Pardo: "Acabar con el hambre es posible, pero solo si ponemos de nuestra parte"

Clara Pardo, presidenta de Manos Unidas
Clara Pardo, presidenta de Manos Unidas Jesús Bastante

La presidenta de Manos Unidas recuerda que hay 821 millones de personas "que pasan hambre de verdad"

"Los refugiados han perdido el lugar que lo vio nacer, y donde están enterrados sus ancestros. Han perdido sus raíces"

"Creemos en la igualdad y en la dignidad de las personas", es el lema de la 60 Campaña contra el Hambre de Manos Unidas, que este domingo celebra la tradicional colecta en las parroquias de toda España. Su presidenta, Clara Pardo, habla con RD del presente y futuro de la organización, y de un sueño que, pese a las dificultades, sigue siendo posible.

"Podemos acabar con el hambre si todos nos ponemos de acuerdo", sostiene, citando a las fundadoras de esta ONGD de la Iglesia española, que trabaja en 60 países, con 600 proyectos anuales, que mejoran la vida, cada año, de más de dos millones de personas. Acabar con el hambre, sí, es posible.


60 años de Manos Unidas, y 60 Campañas contra el hambre

Sesenta años desde que nuestras fundadoras, mujeres de Acción Católica, decidieran declarar la guerra al hambre, y así llevamos 60 años.


Una guerra que no se termina de ganar, pero que se está avanzando...

La guerra todavía no se ha terminado de ganar, pero se ganan batallas, y eso es importante, se ganan batallas cada día.


Pero hay 821 millones de personas que pasan hambre en el mundo. Es el segundo año consecutivo en subir...

Desgraciadamente, llevábamos bastantes años bajando, lo cual era un buen signo, y llevamos ahora dos años subiendo. Y es por culpa de las guerras, de los refugiados y del cambio climático, que está provocando más sequías, hambrunas, tifones... Esos 821 millones son 821 millones de personas, de caras, no una fría estadística. Una de cada 9 personas en el mundo pasan hambre, esto no lo podemos olvidar.

Es impresionante. La población de EEUU y Europa juntos pasando hambre, pero pasando hambre de verdad, que les retrasa el crecimiento, que provoca enfermedades, que no les permite trabajar adecuadamente, no el hambre que tenemos aquí.


No sólo hablamos de dar de comer a alguien, sino del entorno educativo, social, sanitario...

Por supuesto, nosotros hablamos de hambre de pan, pero hambre también de educación, hambre de agua, de formación... Un hambre generalizada, porque todo ello es lo que permite desarrollarnos como personas y alcanzar esa dignidad que todos tenemos pero que en muchas ocasiones no todas las personas tienen reconocida.


En la rueda de prensa hacías especial hincapié en el lema, en el que la mujer está muy presente. No sólo violencia física o sexual, sino todo tipo de violencias...

Nosotros llevamos 60 años defendiendo a la mujer. Es una asociación fundada por mujeres, formada principalmente por mujeres. La mujer es un eje transversal de nuestra iniciativas. Apoyamos a las mujeres siempre, con internados que les permiten ir a la escuela, formando a las mujeres, dándoles una formación en un oficio... que les permite traer unos ingresos a casa. Quien forma a una mujer, forma una familia. Quien apoya a una mujer apoya a una comunidad, apoya a una familia. Es la mejor forma de salir adelante, y de reducir esa brecha. Porque las mujeres trabajan en casa, cuidan de los niños, cosechan el campo, van a por el agua... al final son las más marginadas.

¿En qué ámbitos trabaja Manos unidas?

Trabajamos en casi 60 países, en Asia, África y America Latina, casi 600 proyectos al año que benefician a dos millones de personas al año, que son muchas. Eso es lo que nos mueve, son 600 batallas ganadas contra el hambre, que cambia la vida de las comunidades. Son batallas ganadas día a día.

Apoyáis, porque Manos Unidas siempre tiene contrapartes en los países de destinos...

Sería un enorme error que desde España fuéramos tan prepotentes de decir aquí hace falta algo. Es la gente de allí lo que nos dice qué necesita. Esas contrapartes, que en buena medida son misioneros, son los que nos permiten conocer las necesidades reales, y además llevar a cabo el proyecto. Nosotros lo financiamos, pero son ellos los que lo llevan a cabo. Ellos son el motor de su propio desarrollo, nosotros les acompañamos, esto es fundamental. Tenemos misioneros en todas las partes del mundo, que no salen huyendo cuando hay una guerra, o una epidemia de ébola.

El primer país que visité fue Sierra Leona, y los únicos que estaban allí, que no se habían ido, eran los misioneros. Eso marca mucho


Ahora que se habla mucho de los escándalos de los abusos en la Iglesia católica, también conviene poner en valor el trabajo de estos misioneros, esa otra cara que también es Iglesia...

Eso es lo más importante. Desgraciadamente ha habido unos casos horrorosos, que además hay que perseguir, castigar y evitar que pueda ocurrir. Lo que no puede ser es que por unos casos se perjudique la imagen, el trabajo maravilloso que hace la Iglesia misionera, o la iglesia aquí, Manos Unidas es parte de la Iglesia. No puedes castigar a toda una organización, por unos casos absolutamente abyectos.

Celebráis este domingo la campaña contra el hambre. ¿Qué se puede hacer?.

Acabar con el hambre es posible, pero solo si todos ponemos de nuestra parte, no solamente unos pocos, sino todos. Eso implica entre otras coas, que este domingo hay un campaña en todas las parroquias de España, que nos apoyen. Que nos apoyen también con dinero. A mí no me gusta pedir, pero como no es para nosotros, sino para esa gente que no tiene acceso al agua o la educación. No nos cuesta nada y hacemos mucho con el dinero que damos.

¿Responde la sociedad española?

La sociedad española es solidaria... pero a veces más de impulsos. Cuando ocurre una tragedia, un huracán, un terremoto, pero cuesta más una respuesta constante. Aunque nosotros tenemos cerca de 80.000 socios que todos los meses contribuyen. Cualquier ayuda es importante. Apelo a la sociedad a que se haga socio, porque saben que el dinero llega. El 90% de lo que recaudamos va a nuestros proyectos, estamos apoyando a una ONG formada por voluntarios. Todo el dinero va dedicado a los proyectos o la sensibilización. Hacerse socio de Manos Unidas es una gran oportunidad de colaborar con la sociedad.

Hablabas antes de la guerra, los refugiados y el cambio climático, que son tres ejes que e Papa Francisco está utilizando en su pontificado... Para Manos Unidas, un Papa que habla así de claro respecto a temas que antes no se abordaban, tiene que ser potente...

Claro, la LaudatoSi es para nosotros casi como una Biblia, mes muy importante que el Papa esté todos los días recordando estos temas. Ya desde Roma nos están apoyando. Llevamos años apoyando a los refugiados en su país, intentando evitar que tengan que salir, porque yo también aprendí en estos años que un refugiado es el que ha perdido todo, hasta el lugar que lo vio nacer, y donde están enterrados sus ancestros. Han perdido sus raíces. Y eso es lo más duro. Yo he visto refugiados con una tristeza en la mirada que no ves en otra gente, porque lo que les gustaría es volver a su país. La gente quiere volver a Siria, a Sudán, los refugiados venezolanos en Colombia quieren volver a su país...


¿Podremos acabar con el hambre?

Ojalá. Por supuesto, si todos nos ponemos de acuerdo, com decían las fundadoras. Hay un único obstáculo, que es pensar que es imposible hacerlo. Entre todas lo vamos a conseguir.

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