Bitácora desde Etiopía (II)

3-I-09

Quizás era preciso venir hasta aquí para abrir un grifo y ver que no hay agua, para encender un interruptor y seguir a oscuras, para abrir el ordenador y no poder conectarte…, quizás era preciso venir hasta aquí para agradecer a Dios por todos los dones que un día sí y al otro también allí arriba disfrutamos.

Duele Africa, duele en lo más profundo de nuestras entrañas. Duele el abismo de los poderosos junto a los que nada tienen. Duele la esclavitud de hermanos nuestros/as que sirven con un día libre al mes de criados/as en los hogares más progres… Duelen las legiones de mujeres limpiando las avenidas sufriendo un ruido insoportable, una contaminación peligrosa. Duelen las legiones de mendigos exhibiendo cada cuál la tara más inimaginable. Duelen los niños sin padres, duelen los que los tienen pero no pueden ponerles ni mendrugo en la boca. Duele tanta carencia, tanto hambre… Duelen los océanos de chabolas, los mares de hojalata. Duele la indolencia, la aceptación de lo injustificable. Duele el hombre que me engaña y me lleva a un prostíbulo donde me aguardan tres infelices muchachas… ¿Cuál es la lección que tenían para revelarnos todos estos inframundos? Indudablemente el servicio, pero además de ello quizás la gratitud inmensa de cuanto disfrutamos…
¿Qué podemos hacer por África? ¿Qué parte de todo este dolor nos corresponde? ¿De qué parte de todo este sufrimiento somos causantes? Etiopía se precia de no haber sido colonizada. Ante tanto horror y miseria me atrevo a preguntarme si ello constituye o no una ventaja. Todo este dolor colectivo más allá de la derrota moral, nos debe alentar en la búsqueda de soluciones, siempre partiendo de los orígenes de las causas de todos estos males.
Tan ingente es al labor… Nosotros nos marcharemos y ellos/as se quedarán con las bombillas que no alumbran, con los grifos que no manan, con los ordenadores que no se conectan… Nosotros nos marcharemos y se quedarán a pie de tanta cruz los religiosos/as que hicieron del compromiso vida. Ellos son la mejor noticia de toda esta geografía. Los busqué y los encontré con niños abandonados en los brazos y con una sonrisa irradiante en los labios… Sólo una fe inmensa permite afrontar situaciones tan límites, permite una entrega tan denodada, un darse tan por entero… El deseo de aventura, el ánimo puntual de servicio no se adhiere tan fácilmente a un compromiso firme y a largo plazo...

Mañana vamos para el Sur a visitar proyectos de cooperación. Dicen que hay montes, flores y árboles. Cuento las horas...
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