#AdvientoFeminista2025 MUJER TEOLOGAL

MUJER TEOLOGALMartha
MUJER TEOLOGALMartha

Hace varios lustros cuando estaba en la fase de enamoramiento y empoderamiento con y en el Señor. Me preguntaron con cuál de las virtudes teologales (fe, esperanza y caridad)  que nos son dadas a todos por la Ruah divina me sentía identificada, a lo cual respondí que con la esperanza.

            Vivirla realmente ha sido laborioso, cuando la vida sacude inmisericorde y el dolor del que sea hace su morada en uno. Pero aunque parezca paradójico la fortaleza con la que el Espíritu divino provee ayuda a que se encuentre aquélla como a un oasis donde se llega cada vez que pareciera que la muerte aguarda solícita para acallar su magnificencia.

            Sentada en el Museo de la Mujer, cuna de mi empoderamiento en feminismo, azorada escuché innumerables atrocidades generadas por la violencia de otros y aún de otras en contra de muchas. Por lo que a partir de ahí, tomando conciencia de esta miserable situación en contra de la MUJER, empecé un camino de protesta y concientización en desacuerdo de esta situación, que sé recorreré hasta mi último aliento.

            Lo que no sabía era que haciendo tenido una preparación personal con mi propia dosis de violencia y que sólo a la luz de la Ruah celestial, hace ya siete lustros, había empezado mi camino de sanación, consiente en su misericordia, para poder ayudar a otras a hacerlo también.

            Estamos por comenzar el primero de los cinco periodos en que se divide el Año Litúrgico en la Iglesia Católica, es decir el Adviento. Nombre que proviene del latín adventus, que significa "venida". Es un tiempo donde la liturgia hace énfasis en la esperanza y reflexión a la que se nos invita como creyentes, para celebrar rememorando el nacimiento del Salvador hace un poco más de dos milenios, todo arropado por la oración. Se hace realce de varias figuras bíblicas: Isaías, el profeta que anuncia la venida del MesíasJuan el Bautista, quien prepara el camino para Jesús; la Virgen María, que acoge y trae al Salvador al mundo; San José, el padre terrenal de Jesús.

            Al paso del tiempo entre más profundizo en el decir que "Jesús fue un hombre de su tiempo y su cultura", mayor tomo conciencia del esfuerzo tan importante que tuvo María, su madre, como mujer, esposa, madre, discípula y apóstola dentro de su familia, en su comunidad y en la Iglesia naciente a la muerte de su hijo Jesús.

            La mujer en ese tiempo estaba totalmente supeditada a los decires y haceres de un patriarcado y machismo de los cuales muchas no sabían o podían liberarse aunque fuera mínimamente, por lo que sucumbían, pero otras, entre ellas María, haciendo gala de una valentía, inteligencia y perseverancia desusuales entre lo que se esperaba y permitía de la mujer, pudo llevar a cabo los roles a los cuales fue llamada como hija de la Madre/Padre misericordioso, como esposa de la Ruah divina/y de José aquí en la Tierra,  como madre de Jesús, el Salvador/y madre de los creyentes en la naciente Iglesia.

            Fue una mujer teologal, con sus muchas limitaciones como numerosas de nosotras, no obstante esforzándose superó los diversos retos que la vida le fue presentando:

  • Alzó la voz cuando fue necesario, Lc 2, 48 "Cuando le vieron, se sorprendieron; y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con angustia."

Interpela a Jesús como madre amante ante la pérdida del hijo, cuando toda la responsabilidad recaía en el esposo, pues a la mujer se le omitía de esa competencia a partir de que el hijo varón iba creciendo.

  • Actuó cuando lo creyó indispensable, Lc 1, 39-40 "Por esos mismos días, María fue de prisa a una ciudad de Judá que estaba en las montañas. Al entrar en la casa de Zacarías, saludó a Elisabet.

Tomando en cuenta que en esos tiempos la mujer sólo podía salir de su casa acompañada por un varón y no podía entablar comunicación con alguno, pues solo le era permitido a través de la voz su padre o esposo.

  • Mostró entereza ante el dolor,Juan 19, 25-27 "Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena."

María, la Madre, creciendo en la fe, confiando en el sentir y saber que su Hijo era el Mesías y que lo que hacía y le pasaba aunque no lo entendiera del todo era, al igual que su sufrimiento como Madre. Por lo que siendo coherente con su percepción permaneció en todo momento al lado de Jesús,  a pesar de todos los inconvenientes y amarguras que se le presentaban.

  • Como discípula, actuando con fidelidad hacia Jesús como el Mesías estaba comunitariamente y atenta en oración a la escucha de Él, Hch 2, 1 "Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos en un mismo lugar".
  • Como judía de su tiempo, sabía de forma real que necesitaba la protección de un varón para no perderse entre su mismo pueblo. Así que al recibir el encargo de su Hijo crucificado, que la enaltecía al nombrarla MUJER, y teniendo el resguardo cultural al ir a casa de Juan el discípulo amado, tenía la oportunidad de continuar como apóstola, las enseñanzas del Salvador a la vez de compartirlas con otros. Jn 19, 26-27 "Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo. Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa."

           Aunque son pocas las palabras que se le atribuyen a María, son vitales los haceres que realizó como Mujer teologal para poder implementar lo que tuvo que hacer, primero descubriéndose en sus capacidades, luego teniendo la valentía e inteligencia para ejercerlos y después en su perseverancia para proseguir aún en las controvertidas situaciones que tuvo que vivir. Pero en esos haceres teologales, creo que la esperanza, fue fundamental en su vida. Para que el Adviento manifestado de muchas formas que le tocó vivir, la encontrara como una MUJER fuerte, preparada, confiada y trabajando en la encomienda que la Madre/Padre celestial le pedía.

           Por eso emular la actitud de María en la vida cotidiana, permite a la Mujer del presente, buscar y realizar las iniciativas necesarias para transformar a la sociedad, desde una toma de conciencia empoderada, fecunda y trabajadora viviendo las virtudes teologales con la firme certeza de que su caminar está sostenido por la Ruah divina.

Martha Eugenia,

Mujer Mariposa.

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