El Vaticano presenta el documental 'Leo from Chicago' Hermano “Rob”: Viaje a EE. UU. tras las huellas de Robert Francis Prevost

Robert . Prevost durante sus años de preparatoria
Robert . Prevost durante sus años de preparatoria @Vatican Media

El Dicasterio para la Comunicación ha presentado el documental «Leo from Chicago»: un cóctel de entrevistas, vídeos e imágenes que recorren la historia y las raíces de Robert Francis Prevost en su país natal, Estados Unidos

Un recorrido que comienza con la infancia en el suburbio de Dolton, a través de los recuerdos de sus hermanos Louis y John, y continúa por escuelas y universidades, comunidades y parroquias, con las voces de compañeros de estudios, docentes, hermanos de congregación y viejos amigos

Una producción de los periodistas Deborah Castellano Lubov, Salvatore Cernuzio y Felipe Herrera-Espaliat

(Vatican News).- «Rob», el hermano; «Bob», el confrade; «Robert», el amigo, el compañero de estudios, de excursiones y de manifestaciones por los derechos humanos; «Prevost», el estudiante destacado, el misionero, el «líder» al frente de una de las órdenes religiosas más extendidas en el mundo. Y luego «Leo», el Papa. El Pontífice cuya elección todos en Perú daban por segura, mientras que en América se esperaba, sí, pero pocos creían «porque es estadounidense».

Creemos. Crecemos. Contigo

En su tierra natal, Chicago (Estados Unidos), Robert Francis Prevost siempre dejó una huella en quien lo encontró, mucho antes de convertirse en León XIV. Mérito de un rasgo humano cortés, amable, bastante reservado, no tanto como para impedirle socializar y hacerse nuevos amigos. Como aquella vez en Beaubien Woods, el bosque a pocos kilómetros de su casita natal en Dolton, suburbio de Chicago, donde se aventuró en bicicleta con su hermano mayor Louis, encontrándose con una pandilla de chicos que amenazaba con golpearlos.

«Rob dijo: “Déjame hablar yo con ellos”. Se bajó, se acercó y de algún modo los calmó. Los hizo… amigos», recuerda el mismo Louis, hoy residente en Florida, en contacto cada noche con el ilustre hermano y con el hermano del medio, John –llamado Jay–, mediante videollamada («Normalmente hablamos entre 15 y 20 minutos por teléfono, solo para contar qué estamos haciendo, qué está haciendo él»).

Padre Robert el día de su ordenación

Padre Robert el día de su ordenación

Diálogo, confrontación, amistad

Un anécdota de la infancia que no pretende demostrar una unicidad a toda costa de quien desde el 8 de mayo fue elegido Pontífice de la Iglesia universal, sino ayudar a descubrir una personalidad que, desde los primeros años, se mostró inclinada al diálogo, a la confrontación, a la amistad. A la amistad con confrades, con parejas y familias, incluso con un pastor luterano – John Snider de Minneapolis – quien, cuando no iba con él al cine a ver The Blues Brothers, pasaba las cenas «poniendo en discusión algunas de las prácticas católicas». Todas estas características, de diálogo, confrontación y amistad, profundamente agustinianas.

Vocación que el joven “Bob” («Ahora es Leo, pero en mi corazón siempre será Bob», dicen todos en Chicago) abrazó en los años de juventud y que fue el camino que siguió durante sus estudios en la Villanova University de Filadelfia y en la Catholic Theological Union de Chicago.

La “elección”


«Era respetuoso con hombres y mujeres por igual. No había duda de que estaba concentrado en su vocación, pero esto incluía tener amigos muy cercanos», cuenta Mary Donar-Reale, amiga de Prevost desde los tiempos de Villanova, compañera no de curso sino de viajes a Washington con el “Pro-life group” para participar en la March for Life, la manifestación en defensa de la vida y de todos los derechos humanos. Aquellos derechos que padre Robert promovió durante los años en Perú, adonde decidió partir tras un trágico accidente que redujo a la mitad la misión agustiniana.

Un momento crucial en su vida: «Podría haber enseñado en un seminario o tener un gran cargo en una diócesis o arquidiócesis», relata el agustino padre Tom McCarthy, amigo de larga data. «Después de estudiar todo ese tiempo para obtener el Doctorado en Derecho Canónico, ¿a dónde fue al final? A los pobres… A los pobres, que necesitan la predicación de Jesús».

Prevost durante los años de misión en Perú

Prevost durante los años de misión en Perú

Al servicio de los demás


Una elección también fruto de los estudios en Doctrina social de la Iglesia, materia que siempre le apasionó, como recuerda la hermana Dianne Bergant, enérgica religiosa y docente del futuro Papa en la CTU. «He oído decir a menudo que era un chico muy devoto y que jugaba a ser sacerdote. Bueno, yo también era una chica muy devota y jugaba a “ser sacerdote”. No es raro que los niños que han recibido educación religiosa quieran ser algo en la Iglesia. Lo notable en él es la manera en que utilizó lo que Dios le dio, la naturaleza, cómo lo utilizó, las decisiones que tomó. No se puso en un pedestal sino que se puso al servicio de otras personas. Esto lo hizo excepcional».

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