La vida tiene un precio

Parece ser que en este mundo en el que vivimos todo tiene un coste, mayor o menor, pero lo tiene, todo entra dentro de los mismos baremos (eso dicen) porque lo que es gratuito no lo valoramos igual, no se le da la misma importancia…

Me pregunto: ¿cómo poner un precio a una sonrisa, a un te quiero, a un abrazo o un compartir?
Hay cosas que el dinero no puede comprar, por muy millonarios que seamos ¡cuantos ricos desearían y estarían dispuestos a pagar grandes sumas por algo de esto! Sin embargo sus cuentas corrientes en grandes bancos, no sirven…
Cuando recibimos un beso, un regalo, una palabra, nos cuesta creer que no haya nada detrás, siempre pensamos ¿a cambio de qué?, esto lo hace nuestra sociedad egoísta y consumista en la cual nos vemos inmersos. Nos cuesta aceptar un presente sin nada a cambio…
Cuando hablamos de precio, hablamos de darle un valor a las cosas y este no tiene por qué ser siempre monetario, también hay otras escalas, otro tipo de valor frente al dinero, como es la gratuidad de dar nuestro tiempo, la justicia, el amor…
Como vemos, todo en la vida tiene un precio, aunque diferente…
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