Bach, coral BWV 661

¡Feliz domingo! En verano también podemos disfrutar de la música de Bach, siempre tan profunda, tan fresca y a la vez tan llena de sabiduría. Para hoy te he traído una pieza que es de esas que tiene toda la sonoridad de Bach. Es curioso cómo a lo largo del tiempo hemos ido asociando distintos instrumentos a algunos maestros, debido a su dedicación: Bach y el órgano, Chopin y el piano, Tárrega y la guitarra, etc. Bach siempre estará asociado al instrumento que más le gustaba: el que era el rey y el que le hizo el emperador.

El inmortal Bach nos ofrece hoy el coral «Nun komm, der Heiden Heiland», BWV 661. El coral es presentado aquí en el pedal y Bach se las arregló para mostrar una obra luminosa antes de que el órgano quedase en silencio tras el primer domingo de Adviento, para el que este coral fue compuesto. Su discípulo Johann Christian Kittel usó este coral y otras dos versiones para sus propias clases. Antes de que ese cantus firmus aparezca Bach elabora una fuga. El coral aparece tanto en su forma normal («rectus») como en sus forma invertida («inversus»), de forma que ambas versiones se relacionan entre sí, construyendo un denso contrapunto. Al final, ambas formas aparecen superpuestas, de una forma especialmente brillante y llena de color, quizá para reflejar la tonalidad y el color de la frase «Der Glaub’ bleibt immer im Schein.
La partitura de la obra puedes conseguirla aquí (página 28).
La interpretación es de David Boos al órgano Rowan West de la Iglesia de San Bartolomé de la localidad alemana de Brackwede.