Bach, tocata y fuga BWV 539



¡Feliz domingo! Para este primer domingo de julio Bach no podía faltar, algo absolutamente dado que Bach va a seguir estando por aquí durante muchísimos domingos. Además, las obras para órgano son lo suficientemente abundantes como para que nos den juego durante tiempo. Algo que será ventaja para nosotros porque así podremos disfrutar con tranquilidad de estas joyas que aún hoy día continúan maravillándonos. Vamos con la que nos toca hoy, de nuevo sorprendente.

El árbol genealógico de Johann Sebastian Bach (1685-1750), maestro alemán nacido en Eisenach, tiene distintas ramas conocidas, que dieron lugar a varias generaciones de músicos que desarrollaron su labor principalmente en el centro de Alemania. La rama principal se deriva de Hans y Veit Bach, siendo este un húngaro de Wechmar que tuvo que exiliarse allí debido a que era luterano. La llamada rama de Erfurt es la que partía de Johannes Bach procedente de esta localidad. Luego está la rama de Eisenach. Esta partía de Christoph Bach y a ella, por razones obvias, pertenece Johann Sebastian. Una tercera derivación procede de la localidad de Arnstadt. Su generador era Heinrich Bach. Parece ser que, de todas las ramas, el último representante fue Johann Georg Bach II, que murió en 1874 sin descendientes, poniendo fin así a esta estirpe de músicos.

Hoy te propongo disfrutar de su Preludio y fuga en re menor BWV 539. Parece ser que se inspira en una sonata suya para violín solo (la BWV 1001), pero evidentemente con gran expansión por parte del original. La libertad que conseguía Bach al órgano no era imitable con otros instrumentos. El preludio es algo sombrío y va desarrollándose poco a poco de forma lenta; casi parece una marcha fúnebre. Todo el movimiento se desarrolla así hasta que llega la amplia fuga que ocupa casi las dos terceras partes de la composición. El ritmo se hace más vivo pero el tono sigue siendo igual de serio. Sin embargo, casi milagrosamente, todo se va haciendo más luminoso y triunfante, apareciendo entre las notas bellos retazos de luz. Los compases finales mantienen este fin y ponen una bella conclusión a esta soberbia pieza.

La partitura de la composición puedes descargarla aquí.

La interpretación es de Hans Fagius al órgano Nils-Olof Berg de la Iglesia de la Misión de Upsala (Suecia).

Volver arriba