¡Feliz martes! La composición de hoy es impresionante, radical, extraña, rica, puede que extravagante, o incluso para muchos insoportable. Sin embargo, proviene de una figura que es cada vez más interpretada pero que no termina de tener todo el reconocimiento.

La compositora de hoy es Galina Ustvólskaya (1919-2006), compositora rusa nacida en San Petersburgo (aunque cuando ella nació se llamaba Petrogrado). No proviene de una familia de músicos y su padre era abogado, su madre profesora y su abuelo una gran figura en el mundo de la espiritualidad. A pesar de que todos tenían trabajo siempre recuerda su familia en un ambiente empobrecido. Ella vestía un viejo abrigo de su padre que no le quedaba bien y una bufanda que terminó regalando a una amiga. De pequeña solía faltar a clase para ir a ver a los pájaros en la naturaleza, caminando por la ciudad y viendo los escaparates de las tiendas. Sus composiciones han esperado hasta veinte años para ser publicadas y ella misma confiesa que estas son recibidas por la audiencia «con gran interés y atención».

Vamos a escuchar su Composición n.º 2 «Dies irae», compuesta entre 1972 y 1973 para ocho contrabajos, cubo de madera y piano. Está dedicada a Reinbert de Leeuw y presenta el famoso cubo. Es una gran caja de madera cerrada tocada con baquetas. Los contrabajos elaboran un movimiento continuo en forma de red, que nos arrastra y atrapa, y que Ustvolskaya moldea a su antojo. El piano no tiene un carácter tan percutivo pero la presencia de ese inquietante cubo no hace sino imponer unos poderosos sonidos, que van rompiendo la luz y el sosiego de la pieza pero que no logra imponerse a ellos. Escuchar y ver esta obra es toda una experiencia.

La interpretación es de Anthony Romaniuk (piano), estudiantes de la Bozo Paradzik Musikhochschule de Friburgo y Patricia Kopatchinskaja (cubo).