Jesús orando en el huerto

¡Feliz martes! Vamos a disfrutar hoy de una grandísima polifonía, llena de emoción y de ese tipo de ambiente describiendo un lugar como el huerto de los olivos y el momento en que Jesús fue allí a rezar, sabiendo lo que le iba a ocurrir.

Un asiduo por aquí es Francisco Guerrero (1528-1599), compositor español nacido en Sevilla. Era un viajero incansable y su actividad en este aspecto adquirió su culmen en 1588, cuando llegó a Jaffa, Jerusalén, Belén y Damasco y todo ello lo dejó escrito en un pequeño libro. Luego estuvo en Venecia y, de camino a Marsella, su barco fue atacado por los piratas que pidieron un rescate por él. Entregó casi todos los honorarios que había ganado con su música y ello lo llevó casi a la miseria. Por tanto, tuvo que volver a dedicarse a dirigir coros, cosa que había abandonado por completo. En Sevilla llegó a estar en la cárcel por las deudas pero el cabildo de la catedral terminó liberándolo y pagando dichas deudas. Aunque el cabildo le dio permiso para volver a Tierra Santa, no llegó a salir de Sevilla y murió debido a una epidemia.
Vamos a disfrutar de su In passione positus Iesus, a cinco voces. Desde el principio comprobamos cómo Guerrero elige cuidadosamente los cromatismos para colorear la música y crear ese angustioso ambiente del momento de oración. La imitación con la que van presentando las voces es magistral, con ese doliente intervalo de segunda descendente inicial que nos describe perfectamente ese ambiente opresivo. La segunda parte empieza con un espectacular Deus, Deus, esta vez con una segunda ascendente y la polifonía se vuelve a desplegar de una forma magistral, como es algo obvio en él.
La partitura de la pieza puede descargarse aquí.
La interpretación es de The Gesualdo Six.