Lección de Miércoles Santo

¡Feliz Miércoles Santo! Obviamente no vamos a asistir a ningún tipo de clase ni de conferencia, sino que vamos a escuchar música compuesta para este día. Vamos a disfrutar de uno de los compositores más fascinantes del barroco.

Del que estoy hablando no es otro que de Marc-Antoine Charpentier (1643-1704), compositor francés nacido en París. Fue uno de los compositores más importantes de su época; desgraciadamente para él, nunca consiguió ser músico de Luis XIV. Aunque otro compositor de la época, Jean-Baptiste Lully, lo dominaba todo, tras su muerte pasó al olvido con lo que el puesto para lo ocupó la posteridad Charpentier. Compuso una gran variedad de composiciones, tanto sagradas como profanas, yendo desde óperas a lamentaciones para la Semana Santa, como hoy comprobaremos. Le tocó componer en una época de transición en la que la modalidad todavía le daba la mano a la nueva tonalidad. Charpentier es (creo que tristemente, por lo pobre de la situación) conocido por una obra: la sintonía que abre las retransmisiones de Eurovisión, y que no es más que el Preludio de su famoso Te Deum.
Escuchemos su Tercera lección de tinieblas de Miércoles Santo, H. 92. Destaca en ella cómo usa el maestro el acorde de sexta napolitana, algo que de alguna forma heredó de su maestro Carissimi. Por tanto, en esta pieza podemos comprobar de forma especial, de alguna forma, sus raíces italianas. La composición está escrita para dos voces superiores y bajo continuo. Como era habitual, la declamación del texto bíblico es bastante controlada, pero donde los autores tenían ocasión de lucirse algo más es en las letras hebreas que encabezan cada párrafo, ya que este texto no se consideraba litúrgico, y podía salir de los cánones austeros de la Semana Santa.
La partitura de la obra puede descargarse aquí.
La interpretación es de Le Parlement de Musique.