Misa alemana

Deutsche Messe, Schubert

¡Feliz viernes! Si tienes afición por la música es bastante posible que estas dos palabras te hayan remitido automáticamente a un gran compositor ya que esta es una de sus obras más famosas. Ciertamente no relacionamos con él este género pero también con él es capaz de destilar esa esencia de la que tan experto era. Si ayer te pedía casi media hora para disfrutar de una imponente obra hoy te pido lo mismo y te vuelvo a repetir que no te defraudará.

Franz Schubert

Efectivamente, escucharemos la música de Franz Schubert (1797-1828), compositor austríaco nacido el Viena. Compuso una gran cantidad de obras en los treinta y un años que vivió pero el público vienés prácticamente le dio la espalda. No logró publicar en vida ninguna de sus nueve sinfonías, solo estuvo en las prensas uno de sus quince cuartetos de cuerda y tres de sus excelsas sonatas para piano. Ni siquiera sus amigos más cercanos e íntimos tenían una idea concebida de cuál era el corpus musical que su amigos compositor había escrito. Liszt decía que Schubert era el músico más poético que jamás había existido. Schumann comentó que la pluma de Schubert se mojaba en rayos de luna y en los rayos del sol. Decía que «tenía tonos para las sombras más delicadas de sentimientos, pensamientos e incluso ocurrencias de la vida. Tan variadas son las pasiones y las acciones como la música de Schubert. Lo que su ojo ve y su mano toca se convierte por medio de la música». ¿Eres capaz de añadir algo más? Yo no.

Disfrutemos de su Deutsche Messe, D 872. Es una obra muy conocida suya compuesta en 1827 que sigue el modelo de Michael Haydn. El ordinario de la misa que usa está traducido al alemán lo que, junto al contenido silábico de la música, hace que sea una composición más accesibles que otras suyas. A los movimientos habituales se le añade otro en 1845. Más que una misa parece una colección de himnos, todos con melodías dulces y emocionantes. Los instrumentos aportan un color muy especial a las voces del coro que casi siempre cantan en homofonía. El carácter estrófico de esos movimientos no hacen sino realzar aún más la belleza extática de esta inmortal obra de uno de los vieneses más inmortales.

La partitura de la composición puedes descargarla aquí.

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