Trío a la húngara



La música de cámara tiene un encanto especial y, aunque no lo parezca, requiere de una gran pericia por parte del compositor, que tiene que manejárselas con pocos instrumentos para demostrar su arte. Nuestro gran maestro de hoy lo demostró con creces y especialmente con esta obra, una de sus mejores conocidas y con razón. Estamos en presencia de un monumento de la historia.

Hoy nos hará compañía Joseph Haydn (1732-1809), compositor austríaco nacido en Rohrau. Puede decirse de él que es el gran constructor de la forma clásica y el que asentó diversos géneros musicales que perdurarían luego a lo largo de los años, como el de la sinfonía. Trabajó para la familia Esterházy, lo que le hizo ser un compositor popular ya que sus obras se hicieron muy conocidas y muy publicadas. Fue amigo personal de Mozart y ambos se admiraban mutuamente. Haydn decía del genio de Salzburgo: "Qué inimitables son las obras de Mozart, qué profundas, cómo de musicalmente inteligentes, cómo de extraordinariamente sensibles". Y Mozart decía de Haydn que era grande e incomparable y que era un orgullo para la música. Mozart se refería muchas veces a Haydn como "su maestro".

La gran obra de Haydn que vamos a escuchar hoy es el Trío en Sol Mayor nº 39, op. 73 nº 2. Se le llama "trío a la húngara" debido a su tercer movimiento, un rondó sobre temas gitanos. Fue compuesto en 1795. El palacio Esterházy estaba en Hungría y Haydn escuchaba a menudo melodías populares húngaras así que decidió hacerles un homenaje. Compuso esta obra mientras visitaba Inglaterra y fue un rotundo éxito desde el principio. Un rondó sucede a dos movimientos lentos y pone un broche final increíble. El primer movimiento es un conjunto de variaciones, las primeras que compuso Haydn alternando entre el modo mayor y menor. El segundo es un bello adagio y el tercero es esa suerte de variaciones a un ritmo increíble.

Interpretan para nosotros este trío Jacques Thibaud (violín), Pau Casals (chelo) y Alfred Cortot (piano).

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