Verdadero cuerpo de Cristo

¡Feliz jueves! Una vez que ya estamos evanzando por la Cuaresma, lo que toca es escuchar música para este tiempo litúrgico fuerte (aunque no todos los días escucharemos música religiosa). Vamos a hacer lo propio hoy con la obra de uno de nuestros insignes maestros.

Me estoy refiriendo a Francisco de Peñalosa (h. 1470-1528), compositor español nacido en la localidad de Talavera de la Reina. En su tiempo era mítica y muy influyente la polifonía francoflamenca y Peñalosa fue uno de los primeros encargados de ponerla en práctica en España. Se le conocen dos vinculaciones principales: la corte de Aragón y la catedral de Sevilla. Tuvo que marcharse a Roma porque el propio papa deseaba tenerlo como músico y allí también desarrolló un estilo en gran parte basado en el de Josquin. Sin embargo, Peñalosa se centró más en la expresividad del texto con que dotaba él mismo a su propia música. Su labor también fue pionera en el sentido de que todo su recorrido condujo a que Tomás Luis de Victoria alcanzase también su gran altura. Aunque compuso obras tanto religiosas (la gran mayoría) como profanas, es de la inspiración sacra de donde proceden en casi todas ellas. Peñalosa es una figura muy importante que también fue un destacado maestro de otros grandes como Cristóbal de Morales.
Disfrutemos de su motete Ave, vera caro Christe. Perfectamente puede apreciarse esa influencia francoflamenca pasada por el tamiz español de Peñalosa. Usa diversos tipos de imitación, incluso a la octava, para formar también otros intervalos más complejos. La composición es un perfecto ejemplo de esa tan comentada austeridad de la música del noroeste de Europa de finales del siglo XV, pero que no por ello da lugar a una composición aburrida, sino, al contrario, llena de emoción.
La interpretación es del Ensemble Gilles Binchois dirigido por Dominique Vellard.