Una mirada crítica, esperanzadora y humanista El Celam abre camino al discernimiento ético sobre la IA en Latinoamérica

El encuentro virtual coincidió con la presentación del documento inédito 'Inteligencia Artificial: Una mirada pastoral desde América Latina y el Caribe', elaborado por el grupo de Frontera Tecnológica del Celam
El documento busca orientar el discernimiento ético y pastoral sobre los impactos de la IA en el desarrollo humano, el medioambiente, la cultura y la justicia social en la región
“La IA no es magia. Es una máquina que imita nuestra forma de pensar a través de algoritmos, datos y modelos matemáticos. Pero, cuando delegamos decisiones que exigen juicio moral a estas máquinas, corremos el riesgo de deshumanizar nuestras instituciones", adv señaló Luca Baraldi, asesor de políticas de IA y coordinador científico
La Dra. María Elizabeth de los Ríos, doctora en Filosofía y docente en Bioética en la Universidad Anáhuac de México hizo una invitación a la reflexión ética: "No es un tema que debiera asustarnos, pero tampoco es un tema que debiéramos tomar a la ligera"
“La IA no es magia. Es una máquina que imita nuestra forma de pensar a través de algoritmos, datos y modelos matemáticos. Pero, cuando delegamos decisiones que exigen juicio moral a estas máquinas, corremos el riesgo de deshumanizar nuestras instituciones", adv señaló Luca Baraldi, asesor de políticas de IA y coordinador científico
La Dra. María Elizabeth de los Ríos, doctora en Filosofía y docente en Bioética en la Universidad Anáhuac de México hizo una invitación a la reflexión ética: "No es un tema que debiera asustarnos, pero tampoco es un tema que debiéramos tomar a la ligera"
(ADN Celam).- Con una mirada crítica, esperanzadora y humanista, representantes del ámbito académico, eclesial y social de América Latina se reunieron en el conversatorio: “Ética de la Inteligencia Artificial: Una mirada desde Latinoamérica”, un espacio de reflexión organizado por el Centro de Gestión del Conocimiento del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), en colaboración con la Pontificia Comisión para América Latina y la iniciativa EA – Inteligencia Artificial Ética para el Desarrollo Humano.
El encuentro virtual coincidió con la presentación del documento inédito “Inteligencia Artificial: Una mirada pastoral desde América Latina y el Caribe”, elaborado por el grupo de Frontera Tecnológica del Celam, que busca orientar el discernimiento ético y pastoral sobre los impactos de la IA en el desarrollo humano, el medioambiente, la cultura y la justicia social en la región.

El monitoreo estuvo a cargo de Amparo Alonso, fundadora y CEO de EA – Inteligencia Artificial Ética para el Desarrollo Humano.
Magisterio social de la Iglesia
La apertura estuvo a cargo de Guillermo Sandoval, director del Centro de Gestión del Conocimiento del Celam, quien con palabras de gratitud y sentido homenaje, Sandoval expresó que este espacio de reflexión se realiza “para rendir un homenaje, agradecer al papa Francisco y su magisterio”, al mismo tiempo que se acogen con alegría las primeras orientaciones ofrecidas por el Papa León XIV en torno a la ética de la inteligencia artificial: “Lo central son los aspectos éticos involucrados. Y eso es magisterio social de la Iglesia”, subrayó.
Sandoval recordó que el papa Francisco abordó reiteradamente este tema en diversos foros internacionales, como la Jornada Mundial de la Paz, la Jornada Mundial de las Comunicaciones y la histórica intervención ante el G7. También celebró que muchos de esos aportes fueron recogidos por el Celam en un número especial de la Revista Medellín, donde ocho integrantes del grupo de trabajo publicaron sus artículos.
A la luz del reciente fallecimiento del Papa Francisco, Sandoval enfatizó que el Celam decidió avanzar con la publicación de un documento inédito: “Inteligencia Artificial: Una mirada pastoral desde América Latina y el Caribe”, en el que se integran reflexiones históricas, éticas y teológicas desde la perspectiva del magisterio latinoamericano, en continuidad con la tradición y los nuevos desafíos planteados por esta “cuarta revolución industrial”.

Celam seguirá discerniendo el presente tecnológico
El nuevo pontífice, León XIV, también ha manifestado su sensibilidad por este tema. En sus primeras declaraciones, hizo referencia al Papa León XIII y su respuesta ante la primera revolución industrial, subrayando el vínculo entre inteligencia artificial y trabajo humano. Más recientemente, en su audiencia con la FundaciónCentésimus Annus, profundizó en la noción de doctrina social no como dogma cerrado, sino como saber en diálogo, abierto a la evolución de las ideas y al juicio crítico.
“Para la tranquilidad de los jóvenes y de nosotros mismos, el adoctrinamiento es inmoral, pues impide el juicio crítico y atenta contra la sagrada libertad de conciencia, incluso si está errada”, citó Sandoval al nuevo Papa, destacando que la búsqueda de la verdad se da en el diálogo y en la apertura a la gracia de Dios.
Sandoval anunció que la próxima etapa del Grupo de Fronteras Tecnológicas se centrará en el impacto de la inteligencia artificial en el trabajo humano, el desarrollo integral y el medioambiente. El Celam profundizará la escucha especialmente a quienes, desde las periferias, “donde la esperanza resiste y florece”, pueden aportar una lectura vital, ética y transformadora.
“Muchas gracias a cada una y cada uno de los que nos acompañan a través de este webinario”, concluyó con sencillez y gratitud, asegurando el compromiso del Celam a seguir pensando y discerniendo el presente tecnológico desde el horizonte de la justicia, la dignidad humana y la fe cristiana.
Mirada ética y antropológica desde América Latina
El padre Luis O. Jiménez Rodríguez, SJ, ingeniero, doctor en teología, profesor de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico y de la Pontificia Universidad Javeriana de Colombia, combinó fundamentos técnicos con una reflexión ética y antropológica. Como miembro del Grupo de Frontera Tecnológica del Celam, el sacerdote presentó un panorama claro y accesible de los conceptos fundamentales detrás de la inteligencia artificial (IA): “Nuestro imaginario está lleno de lo que dicen las películas, pero muchas veces eso no se corresponde con la realidad”, advirtió.
El jesuita explicó que la IA debe entenderse como lasimulación o imitaciónde funciones cognitivas humanas mediante algoritmos y máquinas, más que como una verdadera inteligencia en sentido humano. Citando a expertos como Coeckelbergh y Patel, remarcó que esta tecnología busca ejecutar tareas que normalmente requieren del intelecto humano, aunque siempre desde una lógica instrumental, optimizada para resolver problemas de manera eficiente.
“Hemos distinguido la inteligencia humana de la inteligencia artificial para poder integrarlo”, afirmó. La inteligencia humana se orienta hacia la sabiduría, el discernimiento moral, los valores y la acción ética. En cambio, la IA, al menos en su forma actual, se limita a procesos de cálculo y optimización, explicó.

IA débil
El padre Jiménez habló también la diferencia entre dos grandes tipos de IA: la inteligencia artificial estrecha o débil, que es la actualmente existente, y la inteligencia artificial general o fuerte, que aún no ha sido desarrollada.
“La inteligencia artificial débil o estrecha es la que tenemos actualmente, son sistemas diseñados para una tarea específica y son capaces de solucionar un problema específico”, explicó. Mostró ejemplos prácticos, como el análisis de imágenes satelitales para manejo de suelos o el uso de algoritmos para diagnóstico médico, planificación urbana y control de tráfico.
Por otro lado, la IA general, presente sobre todo en el imaginario de la ciencia ficción, sería capaz de pensar, aprender, crear y tomar decisiones en múltiples áreas, incluso desarrollando conciencia de sí misma. “Hay un debate abierto sobre si eso será posible alguna vez o si solo se podrá simular”, puntualizó.
IA generativa y fuerte
El padre Jiménez se refirió a la inteligencia artificial generativa, la más reciente evolución tecnológica, capaz de crear textos, imágenes, música, videos y hasta nuevas moléculas para el desarrollo de fármacos.
Este tipo de IA, que incluye herramientas como ChatGPT, Bard o DeepSeek se basa en modelos masivos de lenguaje y redes neuronales profundas, alimentadas por datos que los usuarios generan constantemente desde sus dispositivos, redes sociales y búsquedas en línea.
En su presentación, el padre Jiménez planteó el futuro de la IA como un campo abierto pero incierto, especialmente con la incorporación de chips cuánticos que prometen acelerar exponencialmente los procesos de cálculo y aprendizaje automático: “Podrían permitir un desarrollo aún no sospechado y abrir las puertas a una IA fuerte”.

La IA no es magia ni destino inevitable
“La inteligencia artificial no es el futuro, es el presente”, advirtió Luca Baraldi, asesor de políticas de IA y coordinador científico, durante su intervención. Con una mirada crítica y humanista, Baraldi recordó que la IA ya forma parte integral de nuestras vidas: desde los motores de búsqueda, teléfonos y plataformas de video, hasta sectores tan sensibles como la salud, la seguridad pública, la agricultura o incluso la espiritualidad.
En este contexto, Baraldi señaló que la «Rome Call for AI Ethics» (Llamado de Roma por una IA Ética), firmada en febrero de 2020 en el Vaticano, es una iniciativa promovida por la Pontificia Academia para la Vida junto a universidades y empresas tecnológicas, se plantea como una llamada a la responsabilidad ética y humana, orientada a garantizar que el desarrollo de sistemas de inteligencia artificial respete la dignidad humana y contribuya al bien común.
“La IA no es magia. Es una máquina que imita nuestra forma de pensar a través de algoritmos, datos y modelos matemáticos”, explicó Baraldi. “Pero cuando delegamos decisiones que exigen juicio moral a estas máquinas, corremos el riesgo de deshumanizar nuestras instituciones”. La eficiencia no siempre equivale a justicia, y lo automático no siempre es bueno, dijo.
Principios de la Rome Call
La Rome Callpropone seis principiosTransparencia, sistemas comprensibles y abiertos al escrutinio; inclusión: que beneficien a todos, sin dejar a nadie atrás; responsabilidad: que exista rendición de cuentas; imparcialidad, sin sesgos ni discriminación; fiabilidad, que funcionen de forma segura y confiable; y privacidad y seguridad, protección de derechos y datos personales.
Estos principios, recordó Baraldi, están arraigados en la tradición cristiana y en los valores evangélicos, porque “ponen en el centro la dignidad humana, creada a imagen y semejanza de Dios”.
Con una visión pastoral y filosófica a la vez, Baraldi alertó sobre los riesgos de un “sueño tecnocrático” que, en nombre de la eficiencia, invisibiliza a los más vulnerables: “la Iglesia puede recordarle al mundo que la persona no es un dato y que el rostro del otro no puede ser simplemente reducido a un perfil de usuario, que la verdad no se mide por la viralidad, que la libertad no se programa con un algoritmo… desde una posición de diálogo y no de condena, no de miedo, no de nostalgia, sino de encuentro, de escucha, de colaboración”.
En palabras del Papa Francisco, retomadas por Baraldi, urge promover una ética del algoritmo, una algor-ética, que no sea solo tarea de los ingenieros, sino una responsabilidad compartida por gobiernos, empresas, universidades, comunidades y familias.
“La IA no es neutra, ni inevitable, ni todopoderosa. Es simplemente una herramienta. Y como toda herramienta, depende del uso que hagamos de ella”, remarcó el experto.
Constructores de futuro y soñadores realistas
“América Latina no es una espectadora de esta revolución, es un espacio de reacción, de acción proactiva, de pensamiento crítico y con una espiritualidad, una historia espiritual que valora el vínculo a la comunidad, el cuidado de la creación y con estos riesgos de impacto social, de impacto ambiental, de la de la inteligencia artificial, aquí estamos para para aportar una voz distinta”, dijo Baraldi.
La Rome Call, entonces, se presenta como un itinerario cultural y espiritual para humanizar la tecnología: “No se trata de frenar la innovación, sino de ponerle alma”, señaló. En un mundo donde los datos parecen tener más valor que las personas, esta echortación representa una brújula ética que nos recuerda que la libertad no se programa con un algoritmo y que el rostro del otro no puede reducirse a un perfil de usuario.
Baraldi cerró su intervención invitando a todos, desde los actores políticos y económicos hasta las comunidades de fe, a ser “constructores de futuro” y “soñadores realistas”, capaces de crear juntos una inteligencia artificial que no nos haga menos humanos, sino más conscientes de nuestra humanidad compartida.

AI y la mirada pastoral desde América Latina y el Caribe
La Dra. María Elizabeth de los Ríos, doctora en Filosofía y docente en Bioética en la Universidad Anáhuac de México, compartió las principales líneas del documento:Inteligencia Artificial: Una mirada pastoral desde América Latina y el Caribe. “A mí me da muchísimo gusto poder compartir un trabajo que llevamos haciendo hace menos de un año, más o menos 14 compañeros que estamos acá conectados”, señaló, aludiendo a la colaboración transdisciplinaria y regional del grupo.
El documento analiza críticamente el impacto de la IA en diversas áreas: economía, política, salud, democracia, educación, trabajo, comunicación y medioambiente: “Es un documento muy enriquecedor en cuanto a que en él abordamos desafíos de carácter económico, político, en salud, educativo, medioambiental”.
Uno de los ejes más preocupantes que se plantea es el uso de la IA en el ámbito político y la manipulación de la opinión pública. De los Ríos recordó que “la política, que ya lo decía el Papa Francisco, debiera ser entendida como una amistad social (…) pero que ante los desafíos de la inteligencia artificial pareciera que más bien es un acto de manipulación de la opinión pública que concentra el poder”.
Este panorama se agrava en América Latina por la persistente brecha digital y el analfabetismo digital, factores que alimentan la desinformación y reducen la participación ciudadana.
Derechos humanos, salud y educación
En materia democrática, la IA plantea una tensión constanteentre el potencial de fortalecimiento de sistemas políticos participativos y los riesgos de vigilancia y manipulación. De los Ríos advirtió sobre “la famosa caja negra que siempre ha acompañado a los desarrollos de la inteligencia artificial” y alertó sobre el surgimiento de “mecanismos de capitalismo de vigilancia”.
El área de la salud es, según De los Ríos, uno de los campos donde la IA ha mostrado mayor avance: “En el área de la epidemiología para poder detectar el movimiento de los virus y las bacterias… la inteligencia artificial ha dado muestra suficiente de ser mucho más exacta y precisa”, destacó. Sin embargo, también señaló los peligros de la pérdida de la relación médico-paciente, los riesgos en la privacidad de los datos personales y la falta de responsabilidad jurídica en caso de errores.
Respecto a la educación, De los Ríos cuestionó la alteración de los procesos de enseñanza-aprendizaje y la relación entre educador y educando. Remarcó que “la inteligencia artificial no nos está presentando la realidad tal cual es, sino una simulación de la realidad”, lo que trastoca el concepto de verdad y afecta el pensamiento crítico.
Trabajo y medioambiente
La filósofa denunció el proceso de “uberización” del empleo, caracterizado por la precariedad, la falta de contratos estables y la ausencia de garantías laborales: “Necesitamos urgentemente regularizar este tipo de trabajos”, expresó, al tiempo que insistió en recuperar el contacto humano y el sentido del trabajo como espacio de realización personal y social.
Asimismo, habló sobre el impacto ambiental de las tecnologías digitales, aludiendo a las “grandes bases de datos, los almacenadores, la nube famosa, etcétera”, que consumen grandes cantidades de energía y generan “una grandísima huella ecológica”.
La Dra. María Elizabeth de los Ríos concluyó su intervención con una invitación a la reflexión ética: “No es un tema que debiera asustarnos, pero tampoco es un tema que debiéramos tomar a la ligera”. El documento, entregado personalmente al Papa León XIV, busca precisamente eso: ofrecer una voz crítica, esperanzadora y desde el sur global, sobre los caminos que la inteligencia artificial está trazando y las decisiones éticas que la humanidad debe tomar.
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