(Vatican News).-
La Eucaristía, celebrada en la plaza San Francisco,
puso cierre a la multitudinaria marcha que recorrió este martes la calle Sucre, en el centro histórico de Cuenca. Más de 100.000 personas se congregaron en la capital azuaya: familias, jóvenes, comunidades indígenas, movimientos sociales, colectivos campesinos, junto con representantes de la CONAIE y autoridades locales.
El objetivo de la movilización fue exigir la revocatoria de la licencia ambiental al proyecto minero Loma Larga, considerado por las comunidades como una seria amenaza para el agua y la vida de la región.
La celebración adquirió un carácter especial al desarrollarse en el Tiempo de la Creación, periodo ecuménico que, cada año, del 1 de septiembre al 4 de octubre, invita a los cristianos del mundo a orar y actuar por la casa común. En este marco, monseñor Marco Pérez,arzobispo de Cuenca, alentó a los fieles a mantener viva la esperanza y a asumir la defensa del agua como un compromiso de fe, justicia social y fraternidad.
La jornada concluyó con un festival artístico-cultural, donde cantos, danzas y testimonios expresaron la alegría y la firme decisión de un pueblo que se reconoce custodio de las futuras generaciones. Como recordaron las familias participantes: “defender el agua no es un capricho, es defender la dignidad de la vida”.