29 de Marzo. V Jueves de Cuaresma. Autentificados

V JUEVES DE CUARESMA
(Gn 17, 3-9; Sal 104; Jn 8, 51-59)

PALABRA VIVA
-«Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. El que me glorifica es mi Padre, de quien vosotros decís: "Es nuestro Dios", aunque no lo conocéis. Yo sí lo conozco, y si dijera: "No lo conozco" seria, como vosotros, un embustero; pero yo lo conozco y guardo su palabra. Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día; lo vio, y se llenó de alegría.»

MÁXIMA DE VIDA
“Recurrid al Señor y a su poder, buscad continuamente su rostro”.


ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL
Para verificar nuestra vida necesitamos del contraste con quien puede ayudarnos a descubrir si realmente buscamos la voluntad de Dios o a nosotros mismos. La Palabra de Dios es una referencia para saber si en verdad seguimos la voluntad divina. Para autentificarnos nos hace falta el testimonio de otros, y ninguno mayor que coincidir con lo revelado en las Sagradas Escrituras, en comunión con la Iglesia.

TESTIMONIO
“¡Te necesito, Señor!, porque sin Ti mi vida se seca. Quiero encontrarte en la oración, en tu presencia inconfundible, durante esos momentos en los que el silencio se sitúa de frente a mí, ante Ti. ¡Quiero buscarte! Quiero encontrarte dando vida a la naturaleza que Tú has creado; en la transparencia del horizonte lejano desde un cerro, y en la profundidad de un bosque que protege con sus hojas los latidos escondidos de todos sus inquilinos.
¡Necesito sentirte alrededor! Quiero encontrarte en tus sacramentos, en el reencuentro con tu perdón, en la escucha de tu palabra, en el misterio de tu cotidiana entrega radical.
¡Necesito sentirte dentro! Quiero encontrarte en el rostro de los hombres y mujeres, en la convivencia con mis hermanos; en la necesidad del pobre y en el amor de mis amigos; en la sonrisa de un niño y en el ruido de la muchedumbre.
¡Tengo que verte! Quiero encontrarte en la pobreza de mi ser, en las capacidades que me has dado, en los deseos y sentimientos que fluyen en mí, en mi trabajo y mi descanso y, un día, en la debilidad de mi vida, cuando me acerque a las puertas del encuentro cara a cara contigo”. (Teilhard de Chardin)

ENSEÑANZA
“Las palabras del apóstol Pedro proyectan un último rayo de luz sobre la fe: « Así la autenticidad de vuestra fe, más preciosa que el oro, que, aunque es perecedero, se aquilata a fuego, merecerá premio, gloria y honor en la revelación de Jesucristo; sin haberlo visto lo amáis y, sin contemplarlo todavía, creéis en él y así os alegráis con un gozo inefable y radiante, alcanzando así la meta de vuestra fe; la salvación de vuestras almas» (1 Pe 1, 6-9). “(Benedicto XVI, Carta sobre la fe)

ORACIÓN
Recordad las maravillas que hizo, sus prodigios, las sentencias de su boca.
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